Año CXXXV
 Nº 49.309
Rosario,
viernes  23 de
noviembre de 2001
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El presidente no se calló ante los ataques de su antecesor
De la Rúa acusó a Menem por el endeudamiento del país
El mandatario habló en el plenario que eligió a Angel Rozas como titular de la UCR, en reemplazo de Alfonsín

El presidente Fernando de la Rúa se dedicó ayer a responder las acusaciones de Carlos Menem en el sentido de que el gobierno nacional carece de liderazgo. En cuanto micrófono tuvo a su disposición, el mandatario radical le contestó al riojano. "Con el liderazgo que ejercía, fue incapaz de preservar la nacionalidad de las empresas y evitar el endeudamiento que hoy nos acosa", dijo por ejemplo.
Al hablar en el plenario de delegados de la UCR que eligió al gobernador chaqueño a Angel Rozas como nuevo presidente del comité nacional, en reemplazo de Raúl Alfonsín, De la Rúa admitió que pidió "comprensión del partido" cuando designó como ministro de Economía a Domingo Cavallo y afirmó que "aquí quien gobierna es el presidente, que lo hace con sentido progresista".
"Ahora anda el ex presidente diciendo que debe recuperarse el liderazgo que él ejercía, el liderazgo con el que él fue incapaz de preservar la nacionalidad de las empresas y de evitar el endeudamiento que hoy nos acosa", respondió para satisfacción de sus correligionarios.
En su enfervorizado discurso, el presidente dijo que su gobierno "siguió los principios de la UCR", pero -aclaró- "la realidad era dura". "Siempre hablé claro y de frente", señaló al enumerar las dificultades con las que asumió el poder y recordó que "el déficit era exactamente el doble de lo que decían".
"Yo también hubiera querido que al día siguiente de asumir se resolvieran automáticamente los problemas", afirmó De la Rúa, quien aseguró que "nos toca remontar esta pendiente para salir de la ruina en que nos encontrábamos".
En un momento remarcó que la reducción de salarios, fue una medida que apoyaron los funcionarios de la Alianza "incluido el vicepresidente", en referencia a Carlos Alvarez.
"Quiero que sepan que aquí quien gobierna es el presidente, que gobierna con sentido progresista para atender a las necesidades de todos los sectores", dijo más adelante, en mangas de camisa. "Debemos estar ahora más unidos que nunca -agregó-, porque de nada vale dar vuelta la cara y desentenderse".
El acto había comenzado con palabras de Alfonsín, que se despidió de la jefatura con la "tranquilidad" de haber procurado, dijo, la unidad del radicalismo, la "reafirmación de la Alianza y la búsqueda de la unión nacional", tras lo cual Rozas adelantó el apoyo de la UCR al gobierno, aunque "no con vendas en los ojos".
"La UCR va a trabajar con todas sus fuerzas para defender la igualdad, la equidad e impedir que los sectores reaccionarios nos lleven a situaciones que jamás quisiéramos vivir, porque hemos sepultado para siempre el autoritarismo en la Argentina", afirmó Alfonsín.
De de la Rúa asistió al plenario de delegados de su partido pero sólo lo hizo después de que se eligió por unanimidad y en veloz trámite a la nueva conducción encabezada por Rozas, en ausencia de Alfonsín, como indica la carta orgánica partidaria.
La mesa ejecutiva del radicalismo quedó compuesta, entonces, por Rozas como presidente; Juan Manuel Casella, como vice primero; el gobernador rionegrino, Pablo Verani, como vice segundo; y su par de Chubut, José Luis Lizurume, como vice tercero. Además, los delegados de cada una de las provincias designaron a sus respectivos secretarios de la mesa, pero aún quedan pendientes los de Tierra del Fuego, Córdoba, San Juan y Salta.
Luego de dejar al frente del plenario al tucumano Benito Ferrera, Alfonsín se retiró del recinto y dio paso, así, a la votación de la nueva conducción que, por unanimidad quedó en manos de Rozas.
Las negociaciones para la composición de la nueva mesa se habían estancado a media tarde a raíz de que Verani pretendía para sí la vicepresidencia primera, que recaló finalmente en manos de Casella, tras la intransigencia del propio Rozas.
Al asumir, Rozas ratificó la vocación aliancista del partido, su intención de buscar la unidad nacional -en sintonía con lo que quiere Alfonsín-, y su respaldo, aunque crítico, al gobierno de De la Rúa, del que, insistió, el radicalismo forma parte. "Tenemos que asumir que somos el partido de gobierno, pero no proponemos un acompañamiento con vendas en los ojos, sino con madurez política", dijo.
Rozas aventuró, además, que la UCR ganará las elecciones presidenciales del 2003, luego de poner "en el camino de la competencia" al partido.


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