cartas

Descontento juvenil

Me dirijo a usted con la intención de responder a la carta de lectores que se publicó el miércoles 14 de noviembre bajo el título de "Madre de adolescente". En dicha carta esta madre decía estar sorprendida por un CD que había comprado su "rebelde" hijo. Ya que el mismo era de una banda, oriunda de nuestra ciudad y de nombre Descontento Juvenil, con letras a favor de los skinheads y en contra del racismo, lo cual lógicamente desconcertó a la señora que siempre había escuchado que los skinheads eran neonazis. En su carta también dice no saber si está equivocada o si será este grupo otra forma de confundir a los jóvenes y se esconde otra cara de la que muestran. Y aquí puedo contestarle que realmente está equivocada y que la banda no esconde nada. El título de la canción en cuestión es "Víctimas de la desinformación" y está dedicada al movimiento skinhead, y es por esto que lleva ese título ya que el movimiento skinhead ha sido víctima de la manipulación y desinformación, lo que lleva a que hoy en día la palabra skinhead se relacione automáticamente con el neonazismo. Pero si vamos a los orígenes de este movimiento podremos ver que los verdaderos skinheads nada tienen que ver con neonazismo. Ya que el movimiento nace, a fines del 60, como producto de la unión de los jóvenes ingleses de clase obrera y los inmigrantes jamaicanos, o sea que totalmente alejado del racismo y la xenofobia. Luego, en 1977, los skinheads se unen al movimiento punk, para demostrar que los jóvenes eran más que una moda y tampoco se mezclan con política. Y en 1980, es cuando el partido de ultraderecha inglés ensucia el movimiento comenzando a introducir la imagen skinhead entre sus adeptos más jóvenes. Es cierto que grupos neonazis, a partir de esto, se hacen llamar skinheads y ensucian a un movimiento que siempre se nutrió de la mezcla de razas. Por lo cual es ilógico que un skinhead sea nazi. Y por esto el título de la canción, "víctimas de la desinformación", y la intención de reivindicar una subcultura tan manipulada por los medios y la gente.
Pablo Ottaviano