La situación que vive Rosario Central no es la ideal ni mucho menos. Los problemas económicos tienen a maltraer a la institución auriazul, pero lo que es peor, se torna sumamente difícil avizorar una pronta recuperación. "En este momento opino como un hincha más. Tendría que estar dentro del club, tanto en la parte institucional como en la deportiva, para saber qué le pasa al club", confió el Chiqui en relación al convulsionado presente canalla. -¿Suena utópico el hecho de encontrar una solución en el corto o mediano plazo? -Para mí, de la única manera que se puede resolver esta situación es que se tomen a los clubes como empresas. Así se podría defender cada peso como si fuera de uno mismo, porque si no es muy fácil disponer de plata que no es de uno para tratar de solucionar los problemas. Un ejemplo es lo que logró hacer Macri con Boca, pero tampoco me creo capacitado como para decir qué es lo que hay que hacer. -Por lo que decís el gerenciamiento te suena como una de las posibilidades más potables. -Sí, creo que sería la manera más correcta de defender cada centavo. Como estamos ahora me parece que hay plata que se destina a cosas que no deberían existir. -Al fútbol argentino en general, ¿cómo lo ves? -Yo creo que el fútbol argentino fue siempre de un nivel alto. Hay que tener en cuenta que de acá salen siempre muchos jugadores. Hoy en día hay muchos que están jugando en Europa y eso se debe al buen nivel que tiene el fútbol. Lo que sí creo es que se hizo del fútbol un gran negocio. -¿Ese es el gran karma del fútbol? -No sé si es el gran mal, pero por ahí antes no existían tantas negociaciones entre los dirigentes y los intermediarios. El fútbol era lindo, más vistoso. Hoy hay jugadores que tienen apenas dos partidos en primera, hacen un par de goles y son vendidos por mucha plata. Antes los jugadores pasaban más tiempo en el club, pero ahora con el tema de los representantes es diferente. -Hace diez o quince años eso no pasaba. -Seguro, cuando yo jugaba los pases de los jugadores se hacían de club a club. Ese es el gran negocio de ellos, saber comprar y saber vender. Pero está claro que los más perjudicados son los clubes.
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