Año CXXXV
 Nº 49.309
Rosario,
viernes  23 de
noviembre de 2001
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Una celebración deslucida por el trauma
El Día de Acción de Gracias tras los atentados
La máxima fiesta familiar de EEUU se vivió con tristeza. Cinco mil familias evocaron a sus muertos

María Isabel Rivero

Washington.- Hay más de cinco mil familias en EEUU que ayer no pudieron vivir el Día de Acción de Gracias sin dejar escapar una lágrima por la pérdida de sus seres queridos en los atentados terroristas del 11 de septiembre. De estas cinco mil familias, cinco, en Washington, ni siquiera pudieron dejar una flor o sentarse en silencio ante la tumba de los suyos, porque, tal como les notificó el Pentágono, no les serán entregados los cadáveres que esperaban enterrar y honrar.
La explosión masiva y el fuego de altísimas temperaturas dejó a estos cinco cuerpos tan dañados que ni las más sofisticadas técnicas científicas fueron efectivas a la hora de identificarlos. Las autoridades debieron mirar a los ojos de madres, padres, esposos y esposas de las víctimas y decirles que deben perder la esperanza de recuperar, cuando más no fuera, los restos.
Los investigadores pudieron identificar los restos de 184 personas de las 189 víctimas del atentado contra el Pentágono, entre funcionarios del Departamento de Defensa y pasajeros del vuelo 77 de American Airlines, incluidos los cinco secuestradores.
Hubo algunos casos en que se debieron utilizar técnicas muy costosas y muy sofisticadas, y así se lograba avanzar en identificar a los cuerpos más dañados, desgarrados y técnica resultó efectiva en estos cinco casos. "Agotaron todas las técnicas científicas", dijo el mayor del ejército James Cassella, un portavoz del Pentágono. "Cuando todo fue dicho y hecho, no se había logrado identificarlos a todos".
Un equipo de más de 100 personas trabajó en la morgue militar en la base de la fuerza aérea de Dover, en el estado de Delaware, utilizando impresiones dentales y análisis de ADN. Pero el viernes pasado terminaron formalmente los esfuerzos, con la noticia de que ninguna técnica resultó efectiva en cinco de los restos. "Son restos que simplemente no se pueden analizar. Testeamos todo lo que pudimos", dijo un vocero del Instituto de Patología de las fuerzas armadas de Washington, Chris Kelly.
El mismo viernes, tres oficiales del Pentágono llegaron a la casa de Mickey Golinski, para decirle que no había nada que pudiera enterrar de su hijo, Ronald Golinski, un coronel retirado del ejército que trabajaba como civil en el Pentágono. "Es triste. Me rompió el corazón", comentó su madre, que quería enterrar lo que quedara de su hijo en el Cementerio Nacional de Arlington, donde están desde presidentes y primeras damas hasta los soldados muertos en Vietnam, Corea, la Segunda Guerra Mundial y la operación Tormenta del Desierto, entre otras acciones militares.
Luego se le comunicó a Brenda Lynch que su esposo, James Lynch, un civil que trabajaba en el Centro de Comando del Ejército como técnico en electrónica, no pudo ser identificado y que no habrá restos para enterrar. "Considerando la destrucción masiva del área en la que él estaba, no es sorprendente, pero todavía guardábamos la esperanza", dijo la mujer. "Es desilusionante... pero sé que hicieron todo lo que podían...".
Otros dos trabajadores del Departamento de Defensa, un técnico en electrónica de Kansas City y una civil que se desempeñaba como analista de presupuesto, así como un pasajero del avión secuestrado, son las otras víctimas que no se pudo identificar.
El atentado del 11 de septiembre mató instantáneamente a 124 trabajadores del Pentágono, más otro que murió algunos días después en el hospital, y los 64 pasajeros del avión, incluyendo tripulación y secuestradores. Será el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, quien decida qué hacer con estos restos carbonizados no identificados. Podrían enterrarlos en un cajón común en el Cementerio Nacional de Arlington, según indicó el Washington Post.
Los restos de los secuestradores serán entregados al Buró Federal de Investigaciones (FBI) y retenidos como evidencia, indicó el FBI, y cuando la investigación culmine, será el Departamento de Estado quien decida el destino final de los restos.
El Día de Acción de Gracias se festeja en familia, comiendo pavo. Lo dicta la tradición. Es un día especial en EEUU, porque a diferencia de la Navidad, por ejemplo, es una celebración que congrega a gente de todas las religiones, y hasta los no religiosos. Para muchos, es el día preferido del año.
Pero en este país posterior al trauma, este "Thanksgiving" está oscurecido por la tristeza masiva, tan masiva como la explosión, que embarga el corazón de miles y miles de personas que no podrán festejar con sus seres queridos. (DPA)



Gran desfile con globos en las calles de Nueva York.
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