Año CXXXV
 Nº 49.308
Rosario,
jueves  22 de
noviembre de 2001
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La tempestad. Las víctimas fatales suman tres y una joven sigue en terapia
La trágica tormenta también derribó 300 árboles en Rosario
Defensa Civil aseguró que fue uno de los peores temporales, pero aclaró que no fue un huracán

Eugenia Langone

Tres muertos y una joven internada en terapia intensiva. Ese es el saldo de la tormenta que azotó anteayer a Rosario con ráfagas de hasta 115 kilómetros por hora, que provocaron graves destrozos en las zonas sur y sudoeste de la ciudad: casi 300 árboles caídos, cables sueltos, más de 50 familias que sufrieron daños en sus viviendas y una grúa de 270 toneladas del puerto local que cayó al río Paraná arrastrada por el viento.
Una de las víctimas del temporal fue Vilma Sosa (43 años), que murió cuando una rama de eucaliptus cayó sobre ella, y la segunda fue Margarita Giménez (59 años), que estaba junto a su nieta en su casa y falleció electrocutada.
Pero ayer se conoció la tercera víctima fatal. En medio de la tormenta, Teodoro Martínez (69 años) salió de su casa de Cervantes 249, en Villa Gobernador Gálvez, y murió electrocutado cuando intentaba darle corriente eléctrica a su vecino. Fuentes de la policía señalaron que Martínez fue encontrado con un cable en la mano en el patio de su casa y, aunque se habló de "un ataque de pánico", desde el Instituto Médico Legal confirmaron que el hombre falleció "electrocutado". En tanto, un accidente que se produjo anteanoche en Callao y Córdoba, en el que una mujer de 89 años murió atropellada por un taxista, generó confusión ya que la policía la incluyó en un primer momento como víctima del temporal, aunque luego el chofer quedó detenido por homicidio culposo.
La nieta de la mujer que murió electrocutada, Laura Soplan (15 años), continuaba anoche internada con respirador artificial en terapia intensiva del Hospital del Centenario. La directora del efector, Claudia Perouch, dijo que "tiene los signos vitales estables y se puede decir que evolucionó favorablemente". De todos modos advirtió: "No podemos asegurar todavía que esté fuera de peligro".

"No fue un huracán"
El coordinador de Defensa Civil, Marcos Escajadillo, aseguró que "fue una de las tormentas más fuertes de los últimos tiempos", pero aclaró: "No fue ni un huracán ni un tornado". Según la escala de Beaufort, que va del 1 al 12, la tormenta que ayer azotó a la ciudad alcanzó el grado 11, con vientos de hasta 115 kilómetros por hora. Pero no llegó a ser un huracán, ya que estos fenómenos se producen cuando las ráfagas superan los 118 kilómetros por hora.
Unos 300 árboles cayeron provocando graves daños en viviendas y obstaculizando las calles, mientras que fueron más de 50 las familias afectadas en barrio Las Flores y desde la calle Muñoz hacia el sur. Los árboles rompieron ventanas y paredes, además de los techos de chapa que se volaron con los fuertes vientos. Los vecinos recibieron asistencia de Promoción Social municipal y de Promoción Comunitaria provincial.
Y en el puerto local, a la altura de avenida Belgrano y 27 de Febrero, una grúa de 270 toneladas y una pluma de 80 metros de altura cayeron al río luego de que el viento las arrastrara 80 metros. Parte de la máquina quedó enterrada en el fondo del río, por lo que deberán retirarla de a poco y con ayuda de una grúa flotante, según explicó personal de seguridad del puerto. Y como si fuera poco, el viento movió containers, torció galpones y dejó varios vagones amontonados unos sobre otros.
Desde Defensa Civil, Escajadillo estimó que la situación estará "normalizada totalmente" hoy a última hora, ya que primero se despejaron los lugares que representaban un peligro para la vida de la gente.



Una grúa del puerto fue arrastrada al río por el viento.
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