El presidente Fernando de la Rúa negó ayer que estudie una inminente reestructuración de su gabinete, reclamó una "firme cohesión" entre los ministros y se disculpó por haber criticado al gobernador bonaerense, Carlos Ruckauf. "No he venido (de Europa) a reorganizar el gabinete, sino a impulsar el trabajo de todos en base a una firme cohesión donde nadie se largue a hablar por su cuenta para afuera, a decir cosas que afecten en lo más mínimo la unidad de orientación del gobierno", aseveró el mandatario radical.
En una elíptica crítica a la ex ministro Patricia Bullrich, que renunció criticando a sus colegas, el presidente remarcó que "cada uno en su responsabilidad, en su área, y sin crear problemas ni confusiones hacia afuera porque si estoy reclamando al país unidad, es lógico que pida también unidad de acción a mi gobierno".
En declaraciones realizadas en la Casa Rosada, De la Rúa insistió -tal como lo había hecho el domingo- en resaltar la necesidad de preservar la unidad nacional, al igual que lo solicitaron los empresarios y la Iglesia, y dijo que "hay que dejar de lado las peleas internas".
"Como presidente de la Nación debo decir que no me corresponde a mí andar peleándome con nadie. Siento haber dado una respuesta al gobernador de la provincia (de Buenos Aires, Carlos Ruckauf). Lo que pasa es que a veces me atacan tanto y me pegan de tantos frentes, hay algunas expresiones descomedidas, que pierdo la paciencia y yo también me enojo porque al fin soy humano", aseveró.
De la Rúa se disculpó, de esta forma, por el reciente cruce verbal con el bonaerense, a quien acusó el domingo de gastar demasiado en publicidad y propaganda, lo que acentuaba el déficit fiscal.
Por otra parte, el jefe del Estado manifestó que "no era necesario" la marcha que hoy realizarán a Plaza de Mayo las dos CGT para protestar por la difícil situación económica, aunque remarcó que "están en el marco de su libertad de hacerlo y deseo que sea pacífica, ordenado y no perjudique a terceros".
Fue entonces cuando negó terminantemente que sea inminente una reestructuración del gabinete y remarcó que "estamos determinando el programa social para ver cómo se aplica".
"En algunos diarios he leído que volvía (de la gira por Europa) para la reorganización del gabinete. Por favor no inventen programas de acción que no tengo previsto realizar porque se da una noticia inexistente para después decir que no la llevo a cabo", reclamó De la Rúa.
El primer mandatario subrayó que "el gabinete está conformado", al desestimar las versiones que indican una posible fusión entre las carteras de Seguridad Social, Desarrollo Social y posiblemente Salud.
En ese sentido, remarcó que la cartera conducida por Daniel Sartor está trabajando "activamente en la zona afectada por las inundaciones", mientras que las cuestiones referidas a las prestaciones sociales están siendo manejadas interinamente por el ministro de Trabajo, José Gabriel Dumón.
El manejo de las jubilaciones, pensiones y asignaciones familiares, concentradas en la Ansés, habían quedado bajo la órbita del Ministerio de Seguridad Social que había sido especialmente creado para Bullrich y cuyo futuro está en duda a partir de su renuncia.
El jefe del Estado no respondió a la pregunta sobre si se creará o no la denominada Agencia Social, un ente largamente publicitado como unificador de todos los planes sociales gubernamentales, y sólo se limitó a decir que "esa es una idea globalizadora".
Tras esta miniconferencia de prensa, De la Rúa se retiró de la sede gubernamental y en la salida se cruzó con una ruidosa manifestación de empleados despedidos de YPF.
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La Ciudad
