Año CXXXIV
 Nº 49.304
Rosario,
domingo  18 de
noviembre de 2001
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El viaje del lector
Monteroduni: Un pueblo de película

En el pasado mes de mayo viajamos con mi señora a Everswinkel, un pequeño y hermoso pueblito de Alemania, lugar donde reside y trabaja nuestro hijo con su esposa, con la finalidad de visitarlos, ya que hace dos años y medio que se fueron y teníamos muchos deseos de verlos.
Coincide nuestro arribo con el inicio de las vacaciones de ellos, razón por lo que arrendamos un auto y salimos a dar un paseo por algunos lugares de Europa, visitando Holanda, Bélgica, Francia, Luxemburgo, Suiza, Italia, Austria y regresamos a Alemania.
Con un recorrido total de cinco mil kilómetros, al margen de haber disfrutado de paisajes espectaculares y de ensueño, de haber conocido otras costumbres y apreciar la educación y rectitud de los habitantes de algunos de estos países, nuestro principal objetivo era llegar a Monteroduni, provincia de Isernia, en Italia, lugar donde nació mi esposa en el año 1948. En 1952 los padres la trajeron a la Argentina, en momentos de la masiva inmigración italiana hacia nuestro país.
Monteroduni es un pequeño pueblito metido en plena montaña, ubicado a unos 80 kilómetros al norte de Nápoles y más o menos a 180 kilómetros al sur de Roma. Pintoresco, agradable y hasta podríamos decir de película. Al llegar al lugar la emoción nos embargó a todos, al encontrarnos con tíos, primos, vecinos, amigos y su madrina, con quienes no se veían desde hace 48 años. Las lágrimas de mi esposa eran incontrolables y nosotros hacíamos el acompañamiento.
Por lógica sacamos incontable cantidad y horas de filmación, la fotografía en colores que acompañamos fue tomada por mi señora desde la terraza de la casa de una tía, y al regreso por una de esas casualidades del destino encuentro, entre gran cantidad de fotos viejas de mi suegra, esta pequeñita del pueblo, las que llevé a un laboratorio fotográfico, donde me armaron este trabajo, que además del valor sentimental tiene algo muy curioso, que es que después de haber transcurrido 50 años, el árbol que aparece en el fondo a la derecha del castillo, aún mantiene la misma abertura en su follaje.
Fue un viaje maravilloso, al margen de haber compartido más de 30 días con los chicos. Hay cosas que jamás podremos olvidar, como los Alpes en Suiza y en Austria, el Coliseo, el Vaticano, la Fontana Di Trevi, las góndolas en Venecia, y tantas cosas más. Pero fundamentalmente, haber disfrutado de tantas bellezas naturales o arquitectónicas, actuales y antiguas, y haber tenido que regresar sin ellos, cosa que añoran y no lo pueden hacer por falta de posibilidades laborales.
Alberto Buganem



La aldea queda a 80 km. al norte de Nápoles.
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