"El blues es mi forma de ser", podría cantar Bonzo Morelli, parafraseando un tema de Virus. Para su primer disco como solista, escondido bajo el nombre de Bonzo Blues Band, el guitarrista, que ya suma dos décadas de carrera, eligió condensar todos los encantos y los clisés del blues y el rock and roll en un solo álbum, que además se llama "20 años de rock y blues", por si no queda claro.
Ya desde el primer tema, "Otro en su lugar", se recurre a la mejor tradición blusera de B.B King, Eric Clapton, Manal y hasta puede tener, tal vez por el idioma y la época, un reflejo de Memphis y la Mississippi. La guitarra se luce al final y también brilla un solo encantador de armónica. La voz de Bonzo recuerda a veces a la de Adrián Otero, y otras a la de Pappo, aunque menos castigada por el alcohol y el tabaco.
"Sastre malo" recurre al estilo más puro, y es muy Pappo's Blues. Lástima que peca de largo. "La pregunta" tiene aires lejanos de funky y un trabajoso solo de guitarra, casi agobiante, que hace contrapunto con la armónica. "La espera" es un blues instrumental con pianito honky tonk, y "Nadie te llamó" navega más por las aguas del rhythm and blues. Hay temas que se describen solos, como "Blues del maquinista" y "Boogie Fuck", una canción de Freddie King adaptada por Bonzo.
Entre los demás covers figuran una respetuosa versión de "La mamá de Jimmy", un viejo tema de Porsuigieco, y "El hombre suburbano", que combina la letra de Pappo con la música del "I Can't Be Satisfied" de Muddy Waters, en una lectura de blues rural y acústico.
Sin embargo, no hace falta el sonido para ratificar que este es un álbum de blues. Las letras también responden a los patrones del género. Hasta hay títulos que son bluseros ("Sastre malo", por ejemplo) y se notan las influencias de Manal y sobre todo de Pappo. "Para tener dinero, patria y patrón", reza el estribillo de "Otro en su lugar". ¿Habría que agregar algo más? En "La pregunta" Bonzo dispara advertencias como "la codicia, nene, no te salvará", y al final remata "con un blues en mi guitarra sobreviviré". Por demás de elocuente.
"Nadie te llamó" trae la historia del hombre abandonado. "Voy a morir de viejo cuando muera el rock and roll", canta Bonzo al final, y habría que creerle. El "Blues del maquinista" busca rescatar los acercamientos primitivos del género a la clase trabajadora y su paisaje, lo mismo que Manal inmortalizó en el inolvidable "Avellaneda Blues". Claro que acá las intenciones son mucho más modestas.
Al álbum se le podría reprochar que, salvo por la referencia de "Laprida y Santa Fe" (en "Otro en su lugar"), no aprovecha ni refleja el color local. También podría achacársele que la grabación no llega a reflejar la energía ni la garra de la banda en vivo, o que el arte de tapa es un tanto autobombo y cholulesco, con fotos de Bonzo tocando junto a David Lebón, Pappo, Botafogo y Norton Buffalo.
Por lo demás, Bonzo no se complicó tratando de resumir en un disco su extensa trayectoria, y es evidente que no quiso grabar un álbum sólo para demostrar que es una especie de héroe local de la guitarra. Lo hizo todo de la forma más simple, y tal vez la más sentida.
Cal: 3 estrellas