El Fondo Monetario Internacional dijo que el panorama de la economía global es incierto y urgió a las economías más desarrolladas a recortar las tasas de interés aún más, si fuera necesario reforzar las perspectivas, según el borrador de un comunicado que fue difundido ayer a la tarde en la ronda de negociaciones que en Ottawa, Canadá, llevan adelante los representantes de los 20, que comprende a los países ricos y en vías de desarrollo.
El FMI espera que la economía mundial comience a recuperarse en el segundo semestre del próximo año, aunque admite que el panorama mundial es incierto y por lo tanto recomienda una vigilancia excepcional. "La reciente flexibilización de las políticas monetarias en Estados Unidos, la zona del euro y otras economía avanzadas es bienvenida, y el Comité considera que hay todavía margen para una mayor acción en la mayoría de los países si llega a ser necesario", dijo el Comité Internacional Monetario y Financiero del FMI.
El organismo dijo que con el sombrío panorama de la economía global después de los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos, el FMI está listo para ayudar con "políticas firmes" a los países en vías de desarrollo.
Excepcional incertidumbre
Los 24 ministros de Finanzas que integran el Comité Directivo del FMI se reunieron para analizar una situación económica mundial que se resisten a calificar de recesión, pero que, según admiten, está caracterizada por un grado excepcional de incertidumbre tras los atentados terroristas del 11 de setiembre.
El presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, opinó que, tras los atentados en Estados Unidos, "las previsiones económicas se han vuelto todavía más débiles y están sujetas a significativos riesgos, con los inversores y consumidores ahora mucho más cautos".
"Hay algunas evidencias de que la desaceleración económica será más profunda y duradera de lo que inicialmente se había esperado", indicó Wolfensohn en su mensaje, y consideró que "ciertamente retrasará la recuperación global".
El FMI calcula que el Producto Interno Bruto (PIB) mundial será este año del 2,4 por ciento -un porcentaje que muchos economistas consideran como una recesión- y prevé que América Latina apenas crecerá el 1,1; que Japón tendrá una nueva contracción y que Estados Unidos y la Unión Europea (UE) no llegarán al 2 por ciento.
La institución multilateral considera que la recuperación no se producirá hasta mediados de 2002, y su director, Horst Koehler, cree que existen razones para confiar en que pueda comenzar en el segundo trimestre del próximo año.
Antes del comienzo del encuentro del Comité, Francia se unió al coro de voces capitaneado por Estados Unidos que criticó la visión pesimista del organismo internacional en cuanto a los pronósticos económicos, sobre todo en los que les afectan.
Descontento de los grandes
A Estados Unidos no le agradó que el FMI haya anunciado una previsión de crecimiento del 1,1 por ciento para este año y, sobre todo, un raquítico 0,7 para 2002, en un momento en que los analistas hablan abiertamente de recesión en la primera potencia mundial.
El secretario del Tesoro norteamericano, Paul O'Neill, consideró que los pronósticos del Fondo "son demasiado bajos". "No hay que pasar de un exagerado optimismo al catastrofismo", indicó por su parte con ironía el ministro de Economía francés, Laurent Fabius, en referencia a las tres revisiones a la baja realizadas este año por el Fondo Monetario.
Hace un año en Praga, el FMI anunciaba sus mejores previsiones económicas para toda una década, pero la brusca desaceleración de Estados Unidos -tuvo un crecimiento negativo del 0,4 por ciento en el tercer trimestre y se espera una nueva contracción en el cuarto-, junto al impacto de los atentados, han variado el panorama.
En rueda de prensa, Fabius consideró que las previsiones económicas del FMI son demasiado pesimistas, aunque admitió el alto grado de incertidumbre que domina el futuro de la economía.
"Ahora la situación depende de factores no económicos", como la evolución del conflicto armado en Afganistán, indicó. (Reuters y DYN)