París.- La periodista que murió el domingo en el noreste de Afganistán no estaba sola: la acompañaban otros dos corresponsales de guerra europeos que corrieron esa dramática suerte. Los tres, dos franceses y un alemán, perdieron la vida acribillados por fuego de ametralladora cuando fuerzas del movimiento talibán emboscaron un vehículo blindado de la opositora Alianza del Norte en el que viajaban, según confirmaron ayer las empresas periodísticas para las que trabajaban los tres.
Estos son los primeros periodistas que mueren en la guerra en Afganistán desde que comenzó el 7 de octubre la represalia militar liderada por Estados Unidos contra el régimen talibán.
Los reporteros radiales franceses Johanne Sutton, de 34 años, y Pierre Billaud, de 31, y el alemán Volker Handloik, de 40 años, un periodista independiente que trabajaba para la revista Stern, viajaban sobre el techo de un vehículo blindado para transporte de tropas cuando fueron emboscados. Los tres tenían vasta experiencia en frentes de guerra.
Sutton trabajaba para Radio France International (RFI) y Billaud para la radioemisora RTL, de Luxemburgo. Colegas de los trabajadores de prensa fallecidos comentaron que los tres eran parte de un grupo de seis reporteros que emprendieron el viaje con fuerzas de la Alianza del Norte para tratar de verificar las afirmaciones de la oposición de que sus fuerzas habían capturado la población de Taloqan.
"Los tres estábamos en la parte trasera del blindado y bromeábamos de haber tenido que arrastrar a nuestro intérprete, que estaba un poco renuente al viaje", dijo la reportera radial francesa Veronique Rebeyrotte, quien acompañaba a Sutton y Billaud. "Jamás pensamos que estábamos arriesgándonos", agregó.
Rebeyrotte y otro periodista en el grupo, Paul McGeough del periódico australiano Sydney Morning Herald, consignaron que fuerzas del régimen talibán abrieron fuego contra el vehículo a corta distancia, con armas semiautomáticas y granadas propulsadas por cohetes. "Caímos en una celada. Bajaron de las colinas, nos esperaban. Tenían misiles antitanque e intentaron atacar el depósito de combustible", detallaron.
Sutton, Billaud y Handloik fueron arrojados del techo del vehículo, que frenó intempestivamente y dio marcha atrás. "Tres de nosotros nos aferramos esperando nada más una muerte sombría, pero sobrevivimos", dijo McGeough.
Rebeyrotte narró que el vehículo blindado dejó tras sí a los periodistas fallecidos y que sus cadáveres fueron recuperados posteriormente por efectivos de la Alianza.
Cientos de periodistas extranjeros trabajan en áreas bajo control de la Alianza del Norte, cubriendo la campaña liderada por Estados Unidos contra el movimiento talibán por albergar a Osama bin Laden, el exiliado de origen saudita a quien se considera el principal sospechoso de organizar los ataques del 11 de septiembre en Nueva York y Washington.
Estado de duelo
Desde las redacciones de los medios, de luto, llegó la confirmación de que los enviados "no eran personas de correr riesgos inútiles", incluso si eran bien conscientes, por su experiencia, de que cubrir una guerra siempre pone al periodista en peligro.
"Teníamos prisa de ingresar en la zona del régimen talibán, para ver un poco de lo que estaba sucediendo en el otro lado", dijo Rebeyrotte. "Esta es una verdadera pesadilla, una pesadilla total".
El presidente francés Jacques Chirac y su primer ministro, Lionel Jospin, comentaron que los dos periodistas franceses habían pagado el precio más alto en el ejercicio de su profesión. Chirac elogió la "valentía de todos los periodistas que, a nombre de la libertad y el derecho de informar, son llevados a poner en peligro sus vidas", dijo una portavoz presidencial. (Reuters-Ansa)