Kabul e Islamabad. - Decenas de vehículos del Talibán abandonaban ayer apresuradamente la ciudad de Kabul, la capital afgana, al tiempo que la opositora Alianza del Norte se abría paso hacia Kandahar, fortaleza del líder supremo del Talibán, tras capturar la ciudad de Herat, en el oeste del país. También cayó otra plaza fuerte en el norte, Kunduz, luego de fuertes combates.
Las fuerzas de la oposición afgana lanzaron un enconado asalto contra las posiciones de vanguardia del Talibán en el frente de combate justo al norte de Kabul, respaldadas por bombarderos de Estados Unidos e implacable fuego de artillería.
Un periodista de Reuters y testigos dijeron que vieron decenas de vehículos del Talibán abandonar Kabul en dirección a la principal carretera que conduce hacia la fortaleza de la milicia, en Kandahar. Los vehículos transportaban personal armado y a miembros del Talibán con sus pertenencias envueltas en sábanas.
Hacia el norte de la ciudad, combatientes de la Alianza del Norte habían avanzado varios kilómetros arrasando con las primeras trincheras de las líneas del frente del Talibán.
"Hace un rato hablé con (el comandante mujahidin) Ismail Khan por teléfono y me dijo que sus comandantes habían informado que todo Herat había sido capturada por los efectivos de la Alianza del Norte", aseguró a Reuters por teléfono celular desde la ciudad norteña de Mazar-i-Sharif. La caída el pasado viernes de esta ciudad clave del norte afgano desplomó la resistencia del Talibán. "Ahora nuestros efectivos se dirigen hacia Farah, Helmand y Kandahar", agregó, haciendo referencia a las tres provincias del sur y el este de Herat.
"Esperamos que hoy (por ayer) por la noche los efectivos del comandante Ustad Attah ingresen a Kunduz", dijo. Esa ciudad es la última en poder del Talibán en el norte del país.
Los comandantes opositores dijeron que habían capturado posiciones clave de la milicia integrista.
Animados por la captura en sólo 72 horas de un 40 por ciento de Afganistán, la Alianza del Norte parecía enfilada a marchar sobre Kabul a pesar de los ruegos estadounidenses de no ingresar a la ciudad, por temores de más derramamiento de sangre y de inestabilidad política.
Estados Unidos no quiere que la Alianza del Norte entre en Kabul, donde muchos residentes la detestan por sus conflictos internos en la década de 1990 que desataron intensos ataques con cohetes contra la ciudad causando la muerte de unos 50.000 residentes.
Washington desea un acuerdo sobre un gobierno que incluya a la mayoría pashtún, que respalda en gran parte al Talibán.
En Roma, asesores del destronado rey de Afganistán instaron a la Alianza del Norte a cumplir su promesa de no tomar Kabul.
Sin embargo, no se produjeron señales visibles de progreso sobre la formación de una alternativa creíble al Talibán que estuviera dispuesta a tomar el poder si la milicia de línea dura fuera expulsada.
Estados Unidos emprendió su represalia militar para castigar al Talibán por albergar a Osama Bin Laden, el exiliado de origen saudita a quien considera el principal sospechoso de organizar los ataques del 11 de septiembre contra el World Trade Center de Nueva York y el Pentágono, en Washington.
Efectivos occidentales
En algunas posiciones en el norte, un fotógrafo de Reuters vio a efectivos occidentales cerca del frente de combate avanzando junto a combatientes de la Alianza, al parecer apoyando la coordinación de los ataques a través de Afganistán. Se desconoce si se trataba de estadounidenses.
"Hemos avanzado cinco kilómetros desde el aeropuerto de Bagram"", aseguró a Reuters el general Baba Jan, mientras interrumpía brevemente la conducción de sus tropas. Bagram se encuentra al norte de Kabul. Su guardaespaldas dijo que 1.300 combatientes del Talibán en una población aledaña a la base aérea se habían rendido y que muchos más habían muerto.
En la distancia podía verse a combatientes del Talibán, fáciles de distinguir por sus obligatorios turbantes negros, huyendo en camiones y camionetas mientras cazabombarderos F-18 abrían fuego contra ellos.
Un ataque global de infantería estaba en marcha, respaldado por tanques y morteros de la Alianza que disparaban contra posiciones del Talibán.
"Hemos comenzado a avanzar sobre las líneas de vanguardia con soldados y artillería. Hemos capturado tres o cuatro postas del Talibán", dijo a Reuters el comandante de alto rango Amonolo Gozar, desde el frente.
Mientras, enormes B-52 estadounidenses bombardeaban repetidamente las trincheras del Talibán en las posiciones de vanguardia del frente de combate en Ghlay Nasro.
Miles de refuerzos de oposición así como también decenas de tanques y piezas de artillería se estaban movilizando hacia el frente de combate desde posiciones en el valle de Panshir, baza de la alianza antitalibán.
En la población de Rabat, próxima al frente de combate, enconados intercambios de fuego de artillería sacudían casas y hacían que efectivos de la Alianza corriesen en busca de cubierto.
Vía libre desde Tayikistán
La Alianza dijo que en los combates del fin de semana había capturado amplias extensiones de territorio en el norte de Afganistán y aislado a miles de combatientes del Talibán en la provincia de Kunduz, en el noroeste.
La agencia oficial de noticias de Irán, Irna, dijo que Kunduz, la última ciudad bajo control del Talibán en el norte, había caído, abriendo la senda para el suministro a la Alianza de armas rusas almacenadas en Tayikistán.
El Talibán dijo que seguía controlando la ciudad, informó la agencia de noticias Prensa Islámica Afgana, con sede en Pakistán. Miles de combatientes del Talibán en la ciudad se han negado a replegarse y prometieron combatir hasta la muerte, informó la agencia, citando a fuentes de la milicia. (Reuters)