El gobernador de Misiones, Carlos Rovira, se convirtió en el primer mandatario que rompió el frente de provincias justicialistas al anunciar que hoy firmará un acuerdo de coparticipación con el gobierno nacional. Los jefes políticos de Tucumán, Jujuy y Formosa también adoptarían la misma actitud, según confiaron en la Jefatura de Gabinete de la Nación, dependencia en la que también se espera, para las próximas 48 horas, la "capitulación" de Córdoba y Buenos Aires. Los gobernadores de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires tienen previsto reunirse hoy en Capital Federal, probablemente junto a sus pares de San Luis y Santa Cruz, para decidir el rumbo a tomar en las negociaciones, en el marco de un panorama complicado por la deserción de las provincias más asfixiadas financieramente y la fuerte presión tanto del gobierno nacional como del establishment, para que acepten firmar un acuerdo federal. El ministro de Hacienda de Santa Fe, Juan Carlos Mercier, insistió en señalar ayer que el acuerdo propuesto por el gobierno nacional "es infirmable", al oficiar de vocero de Carlos Reutemann luego de una reunión de gabinete provincial. Reutemann está en el lote de mandatarios que aún resiste la ofensiva de la Nación y hoy se reunirá con sus colegas José Manuel de la Sota y Carlos Ruckauf. En la Casa Rosada, en cambio, confían en que la situación fiscal y financiera de Córdoba y Buenos Aires es de tal gravedad, que pasarán la línea de intransigencia una vez que firmen las primeras provincias chicas del justicialismo. "Dos de las más grandes están obligadas a firmar. Buenos Aires está al borde de la cesasión de pagos y Córdoba ni siquiera pudo privatizar su empresa de energía. Y van a firmar después que las provincias chicas para poder decir que se vieron obligadas a hacerlo porque las primeras aflojaron", relató un vocero de la Jefatura de Gabinete. La posibilidad de que al menos cuatro provincias administradas por el justicialismo acepten firmar la propuesta de coparticipación y refinanciación de deudas propuesta por la Nación fue admitida por los gobernadores de Santa Cruz, Néstor Kirchner, y de San Luis, Adolfo Rodríguez Saá, al término de una agitada reunión que mantuvieron ayer con los directivos de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. "Hay provincias que están muy endeudadas, a las cuales el acuerdo les conviene y estarían por aceptar si se cambian algunas cláusulas", señaló Kirchner. "Nosotros no pensamos firmar, pero si algunas provincias chicas piensan hacerlo no es óbice para que se rompa la unidad de los gobernadores", dijo Rodríguez Saá. Si bien la Jefatura de Gabinete insistió en que la firma es inminente, varios gobernadores condicionaron esa anuencia a una nueva reunión que se hará hoy por la tarde y el miércoles de todos los representantes peronistas. La resistencia del justicialismo comenzó a ceder en la misma jornada en que la calificadora Fitch puso bajo observación negativa a los bonos de Formosa, Misiones, Santiago del Estero y Tucumán. El Banco de Formosa, por otra parte, ordenó el bloqueo de todas sus tarjetas de crédito. Por otro lado, el gobierno nacional dispuso un operativo de presión sobre los gobernadores. El presidente Fernando de la Rúa, a su retorno de Estados Unidos, sostuvo que "hay muchos elementos que muestran la importancia y la urgencia" de firmar un nuevo acuerdo federal, que hace "a la responsabilidad el país". Ese fue el tono, además, del reclamo que hicieron los miembros del consejo directivo de la Bolsa porteña a Kirchner y Rodríguez Saá, en un tenso encuentro que mantuvieron ayer. Con la presencia del titular de la entidad, Juan Bautista Peña, los operadores "instaron" a los mandatarios a firmar el acuerdo. Fuentes de la Bolsa señalaron que los hombres de negocios se quejaron del "capricho de algunos mandatarios" y admitieron que en varios pasajes del encuentro la conversación "subió de tono". Otros voceros admitieron que la conversación con las autoridades de la Bolsa formó parte de la misma negociación, al punto que señalaban al propio Ejecutivo nacional como impulsor de la reunión. "Hemos tenido exposiciones muy firmes de ambos lados", admitió el mandatario puntano, quien dijo que "se habló con mucho amor de lo que tiene que ser la Argentina del futuro, para lo cual tenemos que saber discrepar". Como parte de la guerra de posiciones entre funcionarios nacionales y referentes del justicialismo, los senadores opositores amenazaron con darle hoy sanción definitiva al proyecto de coparticipación del impuesto al cheque. Ayer, en el Palacio de Hacienda, se admitía que "si bien el Poder Ejecutivo la puede vetar" la posibilidad de que avance una norma de esa naturaleza "obstaculiza el proceso de canje de deuda".
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