La ministra de Seguridad Social, Patricia Bullrich, condicionó ayer su continuidad en el gabinete nacional a la disolución de la cartera de Desarrollo Social, con el fin de poner en marcha la unificación de los planes sociales a partir del año próximo. La posición de Bullrich generó anoche malestar en la Casa Rosada, ya que, además, de apuntar al ministerio de Daniel Sartor, cuestionó a su predecesor en Trabajo, José Dumón, por haber dado marcha atrás en la obligación de los sindicalistas a presentar la declaración jurada de bienes. Fuentes oficiales explicaron que Bullrich mantuvo dos reuniones clave donde fijó su postura: con el presidente Fernando de la Rúa y con el jefe de Gabinete Chrystian Colombo. Bullrich es una leal al entorno presidencial que encabeza el hijo del presidente Antonio de la Rúa y mantiene buena relación con el ministro de Economía Domingo Cavallo. Según trascendió, a pesar del malestar presidencial por lo que estaba ocurriendo, le planteó a De la Rúa la necesidad de eliminar superposiciones ministeriales, para poner en marcha el nuevo programa de acción social y le presentó un proyecto alternativo para incluir en la ley de presupuesto 2002. La titular de Seguridad Social le propuso a De la Rúa la alternativa de que se ponga en marcha un período de transición de un año para el inicio del nuevo sistema de asignaciones familiares destinado a los trabajadores activos, pero no recibió aún una respuesta concreta, según confiaron las fuentes oficiales. Bullrich ya había planteado en horas del mediodía a Colombo, que se cumpla la "promesa" de unificar en su cartera los fondos sociales y que desaparezca el Ministerio de Desarrollo Social que conduce Sartor. La ministra cree, según indicaron sus allegados, que el plazo límite para resolver la situación es el envío del detalle del proyecto de presupuesto 2002. Durante el encuentro con Colombo, la ministra de Seguridad Social también habría expresado su malestar porque Dumón resolvió dar marcha atrás con la decisión de pedir a los sindicalistas que presenten sus declaraciones juradas, un tema que ella misma había impulsado en su anterior puesto. Por la tarde, Dumón emitió un comunicado donde advirtió que "el país no espera una interna entre ministros del Poder Ejecutivo, por eso mi esfuerzo es bajarle a esta discusión todos los decibeles posibles". Respecto a la situación de la política social, Bullrich aseguró ayer por radio que "no se puede seguir con estructuras duplicadas" y advirtió que "si no hay voluntad política" para llevar a cabo la unificación de los planes de ayuda social, el nuevo programa de asignaciones familiares "va a comenzar a hacerse difícil". Las afirmaciones públicas de la ministra no cayeron bien en la Casa Rosada y por eso, según dijeron fuentes oficiales, el jefe del Estado decidió convocarla a su despacho en horas de la tarde de ayer. Y es que la ministra había deslizado una advertencia, que pareció dirigida al propio De la Rúa, al remarcar que "se necesita tomar decisiones muy fuertes para juntar todas las partidas sociales dispersas y no hacer de las partidas un lugar de lucha política". Para Bullrich, ahora que se está en vísperas de aprobar el presupuesto 2002, las estructuras "van a tener que estar fusionadas si se quiere seriamente avanzar a llegar con dinero a la gente" por entender que no se puede continuar con dependencias "paralizadas".
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