La ropa de campeón cada día le sienta mejor a este Racing, que acuna día a día un sueño frustrado desde hace 35 años y para el que, paradójica e involuntariamente, River colabora dilapidando una a una todas las chances que se le presentan para acercársele en la cumbre de las posiciones del torneo Apertura.
Además a River se le sumó este fin de semana un problema más: Boca, su eterno rival, lo alcanzó en la tabla de posiciones, y si bien al igual que Racing tiene un partido más, no deja de ser una sombra sobre sus espaldas, sobre todo si se tiene en cuenta su pasado reciente en las luchas con el equipo de la ribera.
Es cierto que en la 16ª fecha jugarán en Avellaneda Racing y River y recién ahí comenzará a definirse la suerte del campeonato, pero la mayor responsabilidad, si quieren seguir dando pelea, la tendrán los de Núñez.
Quizá la principal diferencia entre Racing y River, más allá de los ocho puntos entre uno y otro en la tabla de posiciones, pasa porque el equipo de Avellaneda juega para ser campeón y los dirigidos por Ramón Díaz no, ya que de las últimas seis unidades sólo obtuvieron una, de locales. Muy poco tratándose de la recta final del campeonato.
Todo está entonces a pedir de Racing, pese a que perdió con Boca el partido adelantado y parecía que se le venía el mundo abajo.
Pero resucitó ante Gimnasia y Esgrima La Plata y en esa misma tarde amplió su ventaja con River gracias a los goles de Alberto Acosta, el delantero de San Lorenzo verdugo de los millonarios, aunque la frutilla del postre llegaría una semana más tarde.
Más allá de que el último domingo no ganó, el claro triunfador de este fin de semana de fútbol, obviamente dejando fuera a Diego Maradona, fue Racing, porque terminó empatando y hasta lamentando un partido que tenía perdido, pero a la noche festejó por el triunfo de Colón sobre River, y no brindó sólo porque su entrenador se empeñó en afirmar que "todavía falta mucho" para hacerlo.
En el camino de Racing hay todavía cinco finales. Los rivales a vencer serán Chacarita, River, Banfield, Lanús y Vélez, en un programa de partidos que, sacando al conjunto de Núñez, en los papeles aparece como accesible.
Para Racing será fundamental este fin de semana mantener la ventaja de puntos sobre River si es que no puede ampliarla, ya que al domingo siguiente no jugará debido a que ya cumplió con la decimoquinta fecha del campeonato, adelantando el partido que perdió ante Boca.
River, para mantener al menos algo de esperanza, deberá ganarle a Gimnasia La Plata y después a Chacarita, la tarde que el puntero del Apertura descansará, con la enorme posibilidad de ese día de descontarle tres puntos. Luego le quedarán Lanús, Argentinos y Central.
Por eso será fundamental para el equipo de Ramón Díaz que cuando le toque enfrentar a Racing se encuentre a cinco unidades del líder del torneo y no con las ocho actuales.
Igual, el equipo de Merlo se puede hasta dar el lujo de perder con River, aunque la diferencia antes de jugar ese partido sea de cinco unidades, ya que una derrota lo mantendría en la punta sólo a dos puntos.
Si eso sucede, Racing todavía tendría la chance de empatar uno de los tres partidos que le quedarán después de enfrentar a River, y en ese caso se aseguraría el primer puesto, aunque podría llegar a compartirlo con los de Ramón Díaz, obligando a jugar una final.
Apareció Boca
En el medio de Racing y River ahora aparece Boca, que el domingo juega con Nueva Chicago y luego de su paso por Tokio le quedarán Banfield, Vélez, Independiente y Newell's, en Rosario.
El equipo de Carlos Bianchi tiene menos chances que Racing y River no sólo por una cuestión matemática, sino porque de los tres es el que tiene el programa de partidos más complicado de acá al final, aunque si Juan Román Riquelme está con ganas y no le pesa el viaje a Tokio, puede sorprender y dar pelea hasta el final.
En el terreno de las hipótesis mucho se puede decir, pero por una cuestión de actitud, tanto dentro de la cancha como fuera de ella, con un equipo que nunca da nada por perdido y una hinchada que alienta de una manera conmovedora desbordando estadios, todo parece estar a pedir de Racing, que sueña y no quiere pensar en los fantasmas del pasado que lo llevaron a la quiebra futbolística e institucional, mientras sobrevivía milagrosamente su fútbol. (Télam)