Humberto Cosma nació en 1925, pero para La Cerámica será el pibe de "La Buena Sopa". Tal es el nombre con que se popularizó El Buen Gusto, el almacén de ramos generales de su padre Antonio, que de tan bien montado tenía fonda, uno de los cuatro teléfonos de la zona y hasta cancha de bochas. Allí paraban los camioneros que iban y venían de la Cerámica Alberdi, tomaban una buena sopa y seguían camino. Con esa imagen creció don Humberto, que fue a vivir al barrio cuando tenía ocho años. "Mi papá me hacía cargar diez porrones para llevarle a los muchachos de la fábrica que salían del horno, pobrecitos, deshidratados", recuerda. Y no olvida cuando su padre les regalaba puñados de maní japonés a los pibes, y le decía: "Vos comés todos los días, ellos quizás coman solamente lo que yo les di hoy". Este hombre que sólo se alejó del barrio los años en que se unió a la Marina, conoce palmo a palmo La Cerámica, y recuerda los picnics en el monte de paraísos donde hoy se levanta Parquefield. Al ver cómo creció el barrio y las cosas que fue consiguiendo, no olvida mencionar a don Alejandro Pérez, el vecinalista "al que el barrio -dice- le debe mucho de lo que tiene".
| |