La conducción del Partido Socialista Popular (PSP) evaluará hoy en Buenos Aires la posibilidad de formar un bloque único en la Cámara de Diputados de la Nación y, al mismo tiempo, mantener lazos de unidad con sectores del Frente Grande y la UCR en aquellos distritos donde funcionan gobiernos compuestos por la llamada "Alianza original".
De hecho, las autoridades de la convención nacional del PSP formalizarán en el cónclave -se hará desde las 10 en el Hotel Savoy- lo que ya vienen haciendo sus integrantes después de la disgregación que afectó a la Alianza: el rosarino Rubén Giustiniani y la porteña María Elena Barbagelata formarán un bloque aparte en Diputados y mantendrán su independencia aun con los rezagos de lo que quedó de la coalición UCR-Frepaso en la Cámara baja.
"No nos vamos de ningún lugar, porque ese lugar ya no existe", graficó con honestidad brutal Giustiniani. "El Frepaso se dividió en dos pedazos y la Alianza, siendo demasiado bondadoso, hace meses que no funciona más", acotó el secretario general del PSP.
Escapar a la diáspora
El socialismo popular ya había dado señales de "independencia" cuando la semana pasada estalló en público lo que se susurraba por abajo en el Frepaso. La diáspora frentista -con una veintena de diputados comandados por ahora por el tucumano José Vitar (en la sombra se dice que está Carlos Alvarez) y del otro lado un minúsculo grupo liderado por Darío Alessandro (presidente de la bancada oficialista)- obligó al PSP a acelerar las definiciones para evitar quedar atrapados en la interna del Frente Grande, principal componente de la confederación frepasista.
"La decisión de tener mayor independencia partidaria no significa cortar relaciones con el Frente Grande o con algunos sectores de la UCR, sobre todo en aquellos lugares donde todavía se levantan las banderas de la Alianza original", explicó Giustiniani.
Las experiencias de gobierno de Buenos Aires y Rosario (principal bastión del socialismo popular) aparecen en el horizonte del nuevo mapa político que quedó dibujado luego de las elecciones de octubre como una bandera a sostener más allá del desmembramiento de la Alianza.
Las gestiones de Aníbal Ibarra y Hermes Binner asoman como la contracara de lo que sucedió en el gobierno nacional, donde las diferentes expresiones partidarias cohabitando en el poder representan un fracaso a la alternativa progresista que amagó encarnar Fernando de la Rúa.
"Desde el Congreso, nosotros vamos a estar junto a las fuerzas progresistas, pero siempre manteniendo nuestro perfil partidario para actuar con independencia", manifestó Giustiniani, quien descartó, por ahora, que se reedite la Unidad Socialista, dado que el socialismo democrático, con Alfredo Bravo a la cabeza, se encuentra atado al ARI, el movimiento que armó la diputada chaqueña Elisa Carrió.
La Ciudad
