Hasta Cavallo, en medio del canje de la deuda y la crisis financiera, se acuerda del biodiesel. Entre la batería de decretos que ponen en marcha las nuevas medidas económicas, figura la definición de un marco regulatorio para el desarrollo de combustibles en base a aceites vegetales y su incorporación en el régimen de competitividad.
El plan de competitividad para el sector de combustibles incluye además al gas licuado. El subsecretario de combustibles, Crystian Folgar, señaló que con los decretos del gobierno se termina de diseñar el marco regulatorio "para que el biodiesel se desarrolle en la Argentina".
El funcionario indicó que en el mercado de biodiesel "se observa una fuerte participación de pyme, por eso nos parece importante este plan". Además, subrayó la importancia que este desarrollo tendrá en la creación de una demanda adicional para girasol, soja y otras oleaginosas, y las ventajas en materia de preservación del medio ambiente.
El decreto 1396/01, en su primer capítulo, promueve el desarrollo del biodiesel combustible y dispone que en este caso el Impuesto a la Transferencia de Combustibles (ITC) "estará totalmente satisfecho con el pago del gravamen sobre el componente gasoil u otro componente gravado". También se otorga un beneficio de amortización acelerada para obras de almacenaje de combustible, teniendo en cuenta que como el biodiesel se producirá en función de precios relativos se necesita contar con almacenaje, para producirlo a un precio competitivo.
El contar con almacenaje permitirá al productor, de acuerdo a la situación, producir menos biodiesel y comercializar el gasoil que compró a gran escala, como otra ventaja, según Folgar.
Las inversiones en almacenaje que realicen productores de biodiesel o terceros en el plazo de dos años, gozarán de un régimen de amortización adicional del impuesto de ganancias. Esa amortización se practicará en dos tramos: el 40% en el primer ejercicio fiscal y el 60% restante en el ejercicio fiscal siguiente.
Los productores de biodiesel estarán exentos del pago del impuesto a la ganancia mínima presunta a partir de los ejercicios fiscales que cierren después de enero de 2002, siempre que las provincias acompañen y eximan a los productores de otros impuestos.
El gobierno nacional invitó a las provincias a adherir a los términos del decreto tomando el compromiso de eximir por 10 años a productores y almacenadores, de los impuestos de ingresos brutos, sellos e inmobiliario sobre los inmuebles donde operan las plantas de producción y almacenaje.
Un mercado en expansión
La difusión del biodiesel como alternativa para el sector agropecuario se hizo fuerte en el último año a partir de la aparición de proyectos de desarrollo en todo el país. Según Claudio Molina, de la consulta Solution Partners, hay cerca de 15 emprendimientos en la Argentina. La mayoría, encarados por pymes, aunque también hay grandes empresas que están interesadas en el negocio.
A las versiones sobre el inminente anuncio de la instalación de una megaplanta para la producción de combustible vegetal en el Gran Rosario, se suma que buena parte de las firmas aceiteras tienen hechos estudios de factibilidad sobre el tema. Recientemente, el director de Bunge Ceval, Raúl Padilla, señaló a La Capital que la firma tiene en carpeta un proyecto de inversión y estaba a la espera de la definición de un marco regulatorio. También en Pecom Energía, la empresa de combustibles del grupo Pérez Companc, hay gente estudiando el tema.
Hace unos meses, la Secretaría de Energía difundió las normas de calidad que deben cumplir los productores y distribuidores de biodiesel. Según fuentes del sector, la proliferación de emprendimientos casi familiares que producen con calidades diferenciadas puede jugar en contra del desarrollo del mercado, por lo cual era imprescindible una regulación.
A favor del desarrollo de este combustible está, según señalan los técnicos de Solution Partners, que tiene mucho más lubricación que el azufre. Por otro lado, hay una tendencia mundial a reducir el uso de azufre en el gasoil.
En contra, está la experiencia fracasada de la alcohonafta. "El biodiesel tiene que ser bueno porque si no compromete a todos los emprendimientos, por eso las normas de calidad de la Secretaría de Energía son restrictivas pero alcanzables", señaló Molina,
El insumo crítico del biodiesel es aceite vegetal, cuya cotización tiene la volatilidad de todos los commodities que se comercian a nivel internacional. De allí la necesidad de armar una estrategia de producción-comercialización que permita cerrar los números. Entre los modelos que se manejan actualmente, figura la vinculación de los productores agropecuarios y aceiteros en un emprendimiento, que tenga a los productores también como consumidores. El asunto es que recojan beneficios también por el lado de la demanda que crean para su producción. "Para eso es importante trabajar con el modelo de atomización accionaria", señaló Molina.
En el Congreso nacional hay varios proyectos presentados tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores. Básicamente, apuntan a darle estabilidad fiscal a las inversiones. Esto es que, si bien el biodiesel no está alcanzado por el ITC ya que este gravamen es aplicable a los combustibles fósiles, a nadie se le ocurra en un plazo determinado aplicarle algún impuesto nuevo. Una de las iniciativas, incluso, contempla la obligatoriedad del corte del gasoil con biodiesel desde el año 2006. La resistencia inicial de las petroleras fue mutando en simpatía al ver en este combustible la posibilidad de sumarse a la tendencia de reducción de azufre.
En el mundo
La difusión del biodiesel como alternativa para el sector agropecuario se hizo fuerte en el último año a partir de la aparición de proyectos de desarrollo en todo el país. Según Claudio Molina, de la consulta Solution Partners, hay cerca de 15 emprendimientos en la Argentina. La mayoría, encarados por pymes, aunque también hay grandes empresas que están interesadas en el negocio.
A las versiones sobre el inminente anuncio de la instalación de una megaplanta para la producción de combustible vegetal en el Gran Rosario, se suma que buena parte de las firmas aceiteras tienen hechos estudios de factibilidad sobre el tema. Recientemente, el director de Bunge Ceval, Raúl Padilla, señaló a La Capital que la firma tiene en carpeta un proyecto de inversión y estaba a la espera de la definición de un marco regulatorio. También en Pecom Energía, la empresa de combustibles del grupo Pérez Companc, hay gente estudiando el tema.
Hace unos meses, la Secretaría de Energía difundió las normas de calidad que deben cumplir los productores y distribuidores de biodiesel. Según fuentes del sector, la proliferación de emprendimientos casi familiares que producen con calidades diferenciadas puede jugar en contra del desarrollo del mercado, por lo cual era imprescindible una regulación.
A favor del desarrollo de este combustible está, según señalan los técnicos de Solution Partners, que tiene mucho más lubricación que el azufre. Por otro lado, hay una tendencia mundial a reducir el uso de azufre en el gasoil.
En contra, está la experiencia fracasada de la alcohonafta. "El biodiesel tiene que ser bueno porque si no compromete a todos los emprendimientos, por eso las normas de calidad de la Secretaría de Energía son restrictivas pero alcanzables", señaló Molina, \El insumo crítico del biodiesel es aceite vegetal, cuya cotización tiene la volatilidad de todos los commodities que se comercian a nivel internacional. De allí la necesidad de armar una estrategia de producción-comercialización que permita cerrar los números. Entre los modelos que se manejan actualmente, figura la vinculación de los productores agropecuarios y aceiteros en un emprendimiento, que tenga a los productores también como consumidores. El asunto es que recojan beneficios también por el lado de la demanda que crean para su producción. "Para eso es importante trabajar con el modelo de atomización accionaria", señaló Molina.
En el Congreso nacional hay varios proyectos presentados tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores. Básicamente, apuntan a darle estabilidad fiscal a las inversiones. Esto es que, si bien el biodiesel no está alcanzado por el ITC ya que este gravamen es aplicable a los combustibles fósiles, a nadie se le ocurra en un plazo determinado aplicarle algún impuesto nuevo. Una de las iniciativas, incluso, contempla la obligatoriedad del corte del gasoil con biodiesel desde el año 2006. La resistencia inicial de las petroleras fue mutando en simpatía al ver en este combustible la posibilidad de sumarse a la tendencia de reducción de azufre.