Gustavo Yarroch
Córdoba encontró una leve sonrisa entre tanta oscuridad. Después de la renuncia de toda la comisión directiva y de una serie de resultados que volvieron a ponerlo al borde del precipicio, remontó un partido que parecía perdido y al menos rescató un punto en el Bajo Belgrano. El reparto no le aportó demasiado a su flaquísimo promedio, pero al menos le permite ver el futuro con una mirada más positiva. Si fuera de la cancha Córdoba se desangra en internas políticas, dentro de ella intenta demostrar que todavía le queda amor propio para seguir peleando. Los antecedentes indicaban que Defensores es el equipo que acaso mejor juega en la categoría. Y los charrúas, con un dibujo táctico 4-3-2-1 y una postura más bien conservadora, pusieron en crisis esa teoría. De movida nomás, Defe tomó la iniciativa y se apropió de la pelota. Pero en ningún momento le encontró la vuelta al planteo combativo que le opuso Córdoba. Sin embargo, como el fútbol se nutre permanentemente del azar, el local se puso en ventaja en una jugada desafortunada. Comba cabeceó hacia atrás un tiro libre de Hugo Rodríguez, el balón rebotó en el palo izquierdo y Toffoletti la metió contra su propio arco llevándosela por delante. La principal amenaza de los charrúas fue Comba. A Córdoba se le complicó porque el encargado de marcarlo fue el juvenil Danilo Gerlo. La responsabilidad se convirtió en castigo sobre la media hora inicial. Rodríguez se la sacó de encima con un despeje volado, Gerlo cometió la ingenuidad de dejarla picar y Comba no tuvo más que mandarla al gol de aire. Con poco, Defe parecía tener resuelto el juego. Sin embargo, el local todavía debe estar lamentando aquella jugada del cierre del primer tiempo en la que Aldaz desperdició el tercero. En apenas cinco minutos, Córdoba usufructuó dos descuidos defensivos y se abrazó al empate. El descuento fue de Iuvalé, quien la conectó a la red luego de un cabezazo de Emmert devuelto por el travesaño. Y el segundo fue del siempre listo Tele Medina. Aldaz y Bangert se desentendieron en un lateral y el delantero la cabeceó hacia atrás para el festejo de los estoicos hinchas que viajaron a Buenos Aires. A esa altura no quedaban dudas: Ricardo Palma había acertado con el ingreso de Castillo (delantero) por Toffoletti (volante). Córdoba amagó con defender el punto recluido en su campo. Pero como Defe siguió evidenciando falencias defensivas, se animó a responderle. Estuvo para cualquiera de los dos, pero fue empate. Aunque Córdoba lo haya festejado casi como un triunfo.
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