El gobierno del canciller alemán Gerhard Schroeder se estremeció ayer, cuando miembros de su coalición dijeron que podrían oponerse a la planeada movilización de 3.900 soldados para la guerra en Afganistán. Según analistas, Schroeder está enfrentando su mayor crisis desde 1999, cuando los Verdes, su socio menor en la coalición, respaldaron, pero tras hacer resistencia, el uso de aviones alemanes en el conflicto en Kosovo. Unos 15 miembros del tradicionalmente pacifista partido de los Verdes han dicho que podrían votar en contra del envío de tropas, poniendo en peligro al gobierno de Schroeder que mantiene la mayoría por 16 escaños. La Constitución alemana intenta evitar cualquier regreso al pasado militarista del país, exigiendo que el Parlamento apruebe cualquier emplazamiento de tropas fuera del área de la Alianza del Tratado del Atlántico Norte (Otán). El gabinete acordó la movilización de tropas el miércoles, en una histórica decisión que podría conducir a la primera misión de combate de soldados alemanes fuera de Europa desde la Segunda Guerra Mundial. El gobierno probablemente sobrevivirá un voto en el Parlamento la semana próxima, pues los Verdes evitarán que colapse, a pesar de sus reparos a la misión militar.
| |