Carolina Taffoni
En Rosario el nombre de Bonzo Morelli es sinónimo de héroe de la guitarra. Después de dos décadas de batallar en la escena local, de pasar por diferentes grupos y de tocar como invitado de distintas estrellas, el guitarrista se animó a largarse como solista acompañado por su propia banda, La Bonzo Blues Band. También decidió editar "20 años de rock y blues", el primer disco de su larga carrera. Esta noche, a las 21.30, en la sala Lavardén, Sarmiento y Mendoza, Bonzo Morelli presentará en vivo su compacto debut junto a su banda, integrada por Marcelo Sali (batería), Franco Capriatti (armónica) y Marcelo Gallego (bajo). En el show participarán como invitados Sandra Corizzo, Gabriela Sinagra, Matías Cipiliano, Caburo y Coki DeBernardis, entre otros. En charla con Escenario, el guitarrista explicó por qué demoró tantos años para sacar su propio álbum, dijo que puede tocar todos los estilos pero que sólo se reconoce en el blues y criticó la indiferencia y la falta de riesgo de los productores rosarinos. -¿Por qué demoraste tanto tiempo para editar tu propio disco? -Yo siempre leí biografías de los tipos que admiro. Y esos libros contaban que después de mucho tocar, a los músicos los descubre alguien que le paga un disco. Ese era mi sueño, pero con los años me di cuenta que eso acá no existe. Además yo soy un poco vago para la producción, me gusta más tocar en vivo. Con La Rocanblús pude editar un compacto independiente, que salió en CDR y se vendió muy bien. Pero en un momento decidí que no iba a esperar más que un productor me viniera a buscar y decidiera por mi carrera. Y así saqué el disco. -¿Cuál era la intención antes de entrar a grabar el compacto? -La intención era largarme como solista. Eso nació cuando Pappo me convocó a tocar con él el año pasado en la sala Luz y Fuerza. El me conoce por intermedio de Botafogo. Ahí decidí hacerme solista. La intención del disco era poner mi nombre en la calle, y grabar lo que tuviera ganas en ese momento. -¿El álbum es un resumen de tu carrera? -No precisamente. En mi carrera toqué todos los estilos musicales, desde new wave hasta punk y rock pesado. En este disco hay sólo blues y rock and roll, que es lo que yo hice en el 80 por ciento de mi trayectoria. En ese sentido sí es un resumen. Este es un álbum blusero, si se quiere bastante tradicional, como los que yo escuchaba de Pappo cuando era chico. Yo puedo tocar cualquier estilo, pero sólo me reconozco en el blues. -¿El blues es una música conservadora o se ha ido reciclando con el paso de los años? -Creo que se fue renovando. Buddy Guy, que tiene 60 y pico de años, convocó para grabar con él a un chico que se llama Johnny Lang, que es un pibe de 20 años. Los que piensan que el blues es conservador deberían ir a las disquerías y pedir algunos compactos de Buddy Guy, que tienen bastante soul, de B.B. King o de Stevie Ray Vaughan. Hoy en día todos los estilos puros tienen un abanico de posibilidades para no quedar estancados. -¿Nunca te aburriste de hacer rock y blues? -No, es más, estoy muy orgulloso de eso. Yo soy un melómano, escucho mucha música desde que era chico. Cuando debuté en vivo, en el 81, estaba de moda el jazz fusión, gente como Weather Report, Chick Corea y Herbie Hancock. Yo también los escuchaba, pero como tocaba blues me decían que era un cuadrado. Escuchar a Pappo era una especie de pecado. Con el tiempo eso se revirtió, sobre todo cuando Pappo subió a tocar con B.B. King. Muchos de los que le sacaban mano al blues hoy no tocan o son empresarios, mientras que Pappo siguió tocando y luchando por lo que él quería. Yo nunca me cansaría de tocar rock y blues, lo hago con mucho amor. -¿Por qué creés que el blues no perdió vigencia? -Porque es una música de raíz, la música de raíz nunca pierde vigencia. Lo que es pasajero son los inventos que se desprenden de ahí, que por lo general son superficiales. El tango, el folclore, el blues o la música étnica siempre van a estar dando vueltas. -Eric Clapton dijo que para tocar blues no hay que ser un virtuoso. ¿Estás de acuerdo? -Sí. El virtuosismo pasa por dos lugares: el tipo que toca naturalmente la guitarra y nunca estudió, y los pirotécnicos del instrumento, como Steve Vai o Joe Satriani, que le dan mucha bola a la técnica. Para hacer blues, más que ser virtuoso, se necesita tener corazón y algo para decir cuando se está tocando. Con dos notas a veces podés decir más que con veinte mil. -¿Te considerás un virtuoso? -No, para nada. Yo soy muy autocrítico, siempre siento que tengo que mejorar. Todos los días trato de superarme. No soy un estudioso del instrumento, pero como doy clases tengo que estar muchas horas por día tocando. Para mí los virtuosos son tipos como Astor Piazzolla o Luis Salinas, músicos que pueden tocar de todo, superbien, y decir mucho. -¿Rosario es una ciudad blusera y rocanrolera? -Totalmente. La historia de Rosario es la de Chicago, y Chicago es una de las cunas del blues. La zona sur, con el Swift y los silos, se parece mucho a los alrededores del Mississippi en los años 30. Acá el rock and roll pega mucho, a la gente le gustan grupos como los Redondos y La Renga. En Rosario el rock incluso es más fuerte que la movida tropical. En comparación con Buenos Aires acá hay más bandas de rock. -¿Qué le reprocharías a Rosario? -Que después de 20 años de tocar yo me tuve que bancar un disco solo, con la ayuda de algunos auspiciantes y otros artistas. Acá no hay nadie que se haya arriesgado para crear una escena, parece que todo muere en Buenos Aires. En Inglaterra y Estados Unidos cada ciudad tiene su movida. Acá eso no pasa. En las disquerías grandes ni siquiera hay bateas para los músicos locales, para que sus discos se puedan consumir como los de cualquier otro. El rosarino también es un poco quedado, y los que intentan emprender algún proyecto a la primera traba abandonan. -¿Por qué nunca te fuiste de la ciudad? -Amagué con irme un montón de veces, de hecho ahora vivo un poco acá y un poco en Buenos Aires. Allá toco con la Dinamo Boogie Band, que siempre actúa en el Samovar de Rasputín. Pero me cuesta irme de acá, yo trato de darle para adelante y de armar mi movida. El problema es que Rosario tiene un techo, y al mismo tiempo es muy difícil empezar de cero en Buenos Aires. Creo que me iría si me convocaran para un proyecto que ya esté bien armado. -¿Te arrepentís de algo en estos 20 años de carrera? -Creo que no tocaría más rock pesado, porque no es para mí, no me siento cómodo. Lo hice en un época de mi vida en la cual quería romper todo, porque era medio adolescente. -¿Qué te quedó pendiente? -Poder vivir de tocar. Yo vivo de la música, pero no por tocar en vivo. Soy docente en la escuela municipal y aparte doy clases particulares. Yo de chico pensaba que iba a estar de gira como en la película "Casi famosos", con eso me conformaba. También se me cumplieron muchos sueños como tocar con Pappo, con David Lebón o con Botafogo. Solamente me falta tocar con B.B. King (risas). Yo trabajé mucho para llegar a ser un guitarrista reconocido, la guitarra es mi gran pasión, es mi primera mujer.
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