Tres ladrones sorprendieron ayer a la mañana a la propietaria de una inmobiliaria ubicada en Catamarca al 2300 y, tras amenazarla con un arma, huyeron con unos 500 pesos y una computadora. Antes de huir, los asaltantes cortaron una de las líneas telefónicas y encerraron a la mujer en el baño aunque sin maltratarla. El robo ocurrió a las 9 e inmediatamente concurrió la policía, aunque no logró atrapar a los asaltantes, que escaparon en un Renault 18 color plateado.
La dueña de la inmobiliaria Ancasti, Nelly Razeta, de 67 años, contó que dos hombres vestidos con pantalón y camisa se pararon frente a la puerta del negocio ayer a la mañana. La mujer abrió el ingreso con un control remoto, e inmediatamente apreció un tercer hombre que entró junto a los anteriores.
Los tres se aceraron al escritorio, lo rodearon y uno de ellos extrajo un arma con la que amenazó a la mujer y le exigió que le entregara todo el dinero que tenía mientras cortaba el cable de uno de los teléfonos. "Le dí todo lo que había, pero querían más", explicó la mujer, que estuvo con un arma apuntándole todo el tiempo que los ladrones se tomaron para revolver los cajones de los tres escritorios del local. "Lo único que les pedí es que no rompieran los papeles", dijo Razeta.
Dos testigos ocasionales
El tenso cambio de palabras entre la mujer y los ladrones alertó al hijo de Razeta, quien se encontraba en la planta alta del local. El hombre salió del negocio por los techos hacia la casa de una vecina y corrió hasta la oficina central de una agencia de vigilancia privada, a la que están asociados, y que se encuentra frente al negocio.
Simultáneamente, un transeúnte que casualmente pasaba por el lugar alertó a otra vecina para que llamara a la policía al ver movimientos extraños dentro de la oficina, a pesar de que los ladrones se esmeraron en cubrirse corriendo un gran cortinado que cubre el frente del negocio.
Después de guardarse el dinero, los delincuentes encerraron a la dueña de la inmobiliaria en el baño y se apoderaron de una computadora.
Razeta señaló que su hijo, desde la oficina de la empresa de vigilancia, vio que uno de los ladrones salió primero y fue hasta un Renault 18 que habían dejado estacionado en la esquina de Catamarca al 2300. Segundos después lo siguieron sus compañeros y huyeron.
Minutos después llegó un móvil del Comando Radioeléctrico, según indicó la mujer asaltada, aunque los ladrones ya habían escapado.