Año CXXXIV
 Nº 49.293
Rosario,
miércoles  07 de
noviembre de 2001
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Fitch, Moody's y Standard & Poor's interpretan que hay un default
Calificadoras le bajan el pulgar al país
Economía considera que es una reacción normal. "No hay títulos en incumplimiento", dijo el viceministro Marx

La reestructuración de la deuda propuesta por el gobierno fue interpretada como un default (cesación de pagos) por las calificadoras internacionales Fitch, Moody's y Standard & Poor's. En medio de esta fuerte advertencia, el gobierno salió al cruce a través del viceministro de Economía, Daniel Marx, quien consideró "normal" la reacción de las calificadoras para "un período de transición". Sin embargo, resaltó que "la Argentina no tiene títulos en incumplimiento".
En función de la decisión del gobierno de Fernando de la Rúa de encarar el canje, Fitch redujo la nota de Argentina. La llevó a "C" para los títulos públicos domésticos en pesos y dólares a largo plazo.
Fitch mantuvo además con panorama negativo al país. Al mismo tiempo, consideró que los activos de corta duración no formarán parte de ese trueque y por ese motivo no modificó su nota.
En tanto Moody's Investors Service coincidió en que esa reprogramación acusa cierta semejanza a un incumplimiento de pagos. Sin embargo, no modificó la calificación del crédito argentino.
Por esa causa, su nota continuó en "Caa3" para los bonos en moneda extranjera de largo plazo y de acuerdo a fuentes del mercado, sostiene un panorama estable para la situación del país.
A tono con su pares, la calificadora de riesgo financiero Standard & Poor's pasó la calificación de CC a SD (default selectivo) y confirmó así que la oferta de reestructuración de la deuda pública argentina equivale a un "default parcial" o incumplimiento de pagos selectivo.
S&P ya había advertido que atribuiría a la Argentina una nota de incumplimiento si el plan del gobierno de rebajar los pagos de las tasas de interés mediante una operación de un canje de la deuda implicaba canjear los actuales títulos de la deuda por otros de menor valor o rendimiento.
El analista de Fitch en Nueva York, advirtió que "en este momento nosotros sólo analizamos las medidas tomadas por el gobierno y no hacemos recomendaciones, no somos ni el Banco Mundial ni el FMI, sino una agencia calificadora".
En su comunicado Fitch dice que pese a que el canje fue presentado como voluntario, "las declaraciones de funcionarios argentinos implican que, de no realizarse ese canje, es improbable que puedan realizarse los servicios de la deuda pública en manos de inversores privados". Más aún, "los términos de los nuevos instrumentos son inferiores a la deuda existente", sostuvo Fitch.
"La garantía de los ingresos impositivos no es una compensación suficiente para los acreedores por el cambio en los términos. Aún hay que aclarar cuál será el tratamiento de la deuda que no será ofrecida para el canje", afirmó.
Fitch agregó que "sin embargo, el hecho de que se afectarán como garantía los ingresos impositivos indica que la deuda existente pasará a un plano secundario".
Fitch consideró también que la proyectada reducción de los servicios de deuda, por unos 4.000 millones, "será insuficiente para llegar a las metas del déficit necesario y colocar a las finanzas pública en la ruta sustentable necesaria para reactivar el crecimiento y restaurar la confianza".

Temor a la fuga de depósitos
Los mercados financieros internacionales se mantuvieron ayer expectantes sobre la situación económica argentina, tras el anuncio gubernamental de canje local de bonos por 60.000 millones de pesos y ante el temor de que los ahorristas saquen sus depósitos de los bancos.
"La medida es un paso relativamente positivo en el sentido de que finalmente se está tratando de resolver el problema de base que es el alto endeudamiento de Argentina y la fuerte carga de intereses, de una forma que sea lo más amistosa posible para los mercados", comentaron analistas de los principales bancos comerciales de Alemania, Deutsche Bank Research y Dresdner Bank. "Lo que pasa es que eso es muy difícil en estas circunstancias, porque aún no hay muchos indicios de que los inversores estén dispuestos a hacer un canje en las condiciones que el gobierno propone", agregaron.
El mayor riesgo que perciben los expertos es que se produzca una fuga de capitales en el mercado doméstico. Es decir, que los ahorristas argentinos teman una reestructuración muy complicada y retiren sus depósitos de los bancos, reacción que pondría en riesgo a la convertibilidad.
De todos modos, por ahora "los mercados se mantienen expectantes, hasta ver cómo se resuelve la situación y qué grado de aceptación tiene este plan", señalaron.


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