Con el nombre de malva se conoce a un grupo de plantas que tienen usos populares similares, principalmente para los procesos inflamatorios. La que vamos a ver en esta oportunidad es la malva común, cuyo nombre científico es malva sylvestris L., perteneciente a la familia de las malváceas. Se la conoce con otros nombres como álamo de San Juan y flor mariposa, entre otros.
La malva se considera una de las plantas medicinales más antiguas. Hace 5000 años que los chinos la usan en té contra la indigestión. Es mencionada en la Biblia, donde Moisés les daba té de malva a los enfermos de fiebre. Los médicos griegos y romanos la indicaban tanto externamente como para tomar. En el siglo VIII, Carlomagno ordenó el cultivo de malva en su castillo y en los jardines de los conventos. En la Edad Media fue un valioso remedio popular.
En la actualidad también se la reconoce entre la gente como útil para las inflamaciones intestinales y menstruales. Para la tos y para las heridas. Los árabes la utilizan para hacer la famosa sopa conocida como Melokhia. Es usada por muchos pueblos como alimento, siendo la comida nacional en Egipto. Es una planta muy noble, con muchas propiedades medicinales y por eso antiguamente se decía en España que: "Con un huerto y un malvar hay medicinas para un hogar".
Descripción y cultivo
Es una planta herbácea, bianual y ligeramente leñosa en el segundo año de vida. Crece silvestre en baldíos, cerca de los caminos, en los campos, en los cementerios y en muchos otros lugares frecuentados por el hombre y los animales domésticos. Alcanza hasta 1,2 metros de altura. Tiene hojas festoneadas en el borde, con cinco gajos profundos, nervaduras palmeadas, vellosas en ambos lados y de color verde oscuro. Florece en primavera y verano. Las flores salen de las axilas de las hojas, son pequeñas y de color malva o lila. El cáliz es de una pieza, dividido en 5 lóbulos y con 3 hojitas sueltas, suplementarias en la base. La corola esta formada por 5 pétalos soldados en su parte inferior, 3 ó 4 veces más largos que el cáliz. Los estambres son numerosos y reunidos por los filamentos en un solo haz, libres en lo alto y unidos por su base a la corola. El fruto se compone de un conjunto de frutitos secos, rugosos y ordenados en rueda.
Crece en forma silvestre y se puede cultivar. Para el cultivo se aconseja poner en remojo las semillas durante varias horas antes de sembrar. Apretar en la tierra a una profundidad de 3 cm aproximadamente y cada 30 cm. La germinación dura más o menos 2 semanas. Se recomienda abonar la tierra con cocción de ortiga.
Se utilizan las flores y las hojas que se recolectan en primavera y verano. Se deben desechar las que posean manchitas pardas o rojizas ya que estas son producidas por un hongo llamado Puccinia malvaceaum. Las flores y hojas obtenidas se secan a la sombra y se guardan en lugar bien seco y lejos de la luz.
Si bien es muy usada por la población, no ha sido muy estudiada por la medicina occidental. Toda la planta contiene mucílagos, también hay presencia de glicósidos, de flavonoides y taninos. La flor contiene una sustancia colorante llamada malvina que se descompone en malvidina y glucosa. También se encuentran vitamina A, B1, B2, C y E.
Es recomendable como:
* Emoliente para las pieles sensibles, para todo tipo de inflamación cutánea (forúnculos, eccemas), para la cicatrización de quemaduras y heridas, para eliminar toxinas, en la picadura de insectos, inflamación del lecho de las uñas y para aflojar costras, en compresas, cremas, emulsiones.
* Laxante suave y para la indigestión, tomando una taza del cocimiento en ayunas.
* Para la tos y la bronquitis, sola o combinada con hojas de eucalipto y llantén tomando de 2 a 3 tazas del cocimiento por día.
* Para calmar las inflamaciones de boca y faringe haciendo gargarismos del cocimiento durante 5 minutos 3 veces por día.
* En baños de asiento para la inflamación de próstata y las hemorroides.
* El té para las inflamaciones intestinales y de ovarios, sola o combinada con manzanilla.
El cocimiento se hace hirviendo un puñado de malva en un litro de agua durante 1 minuto y dejando reposar 10 minutos antes de usar.
Es expectorante, calmante, emoliente, cicatrizante, antinflamatorio, para la indigestión y laxante suave. Desde la antigüedad se usan las hojas como alimento, como verdura cocida condimentada con ajo y cebolla.
Como protector de picaduras de abejas y avispas: se machacan hojas crudas con un poco de aceite y se aplican en la zona que se quiere proteger. Muchos productos dermatológicos y de cosmetología poseen en su composición malva por sus beneficios en la piel.
Griselda T. Franchini
Farmacéutica
La Ciudad
