Acusan a dos oficiales de policía, un empresario y su mujer

Cuatro procesados por el secuestro por encargo de un joven empleado

La víctima dijo que fue intimidada para no revelar un presunto hallazgo de droga en la firma donde trabajaba

María Laura Cicerchia

Un empresario, su mujer, un oficial de policía y un comisario fueron procesados por el secuestro y la golpiza a los que fue sometido un joven por orden de los dueños de la empresa para la cual trabajaba, presuntamente para que no denunciara el hallazgo de droga en un auto de la firma.
El 3 de agosto pasado, Javier Martín Roldán vivió en carne propia algo que hasta entonces sólo había visto en las películas de acción: dos empleados de la empresa donde había trabajado hasta el día anterior lo encañonaron, lo subieron a un auto y lo sometieron a una dura paliza. Su captura había sido ordenada por sus propios jefes, los titulares de la empresa Lumen SRL, que se dedica a la comercialización de heladeras y refrigeradores.
Los responsables de la firma lo acusaban de haber sustraído 1.200 pesos de la sucursal que tiene la empresa en la ciudad entrerriana de Concordia, donde Roldán trabajaba desde hacía un mes. Los dueños radicaron una denuncia en su contra en la comisaría 7ª de Concordia, pero Roldán asegura que la acusación era falsa y que el castigo que le propinaron obedeció a una razón más grave.
El joven sostiene que lo secuestraron porque, un día antes, había encontrado droga en un auto de la firma. Si bien su historia no pudo acreditarse, la resolución judicial establece que la verdadera causa del secuestro habría sido el hallazgo de estupefacientes.
Por esta razón, el joven había presentado su renuncia a la sucursal entrerriana y volvió a Rosario, a su casa paterna de Colombia al 1900. Al día siguiente, pasado el mediodía, se dirigió junto a su novia a un quiosco ubicado a dos cuadras de su casa. Allí fue sorprendido por un hombre que lo encañonó y lo trasladó hasta un Renault 12 celeste donde lo esperaba un cómplice.
El auto desapareció a toda velocidad ante la mirada incrédula de su novia, los otros clientes y los dueños del salón de ventas. Sus padres denunciaron el secuestro y los policías de la seccional 14ª iniciaron la búsqueda. Mientras tanto, Martín era sometido a una golpiza por parte de sus captores. Estos lo trasladaron a un descampado, donde gatillaron sin éxito una pistola, y luego lo llevaron al local de Lumen, de San Juan 3778, lo ataron de pies y manos y siguieron golpeándolo.
Allí lo esperaba el dueño de la firma. "Esto es porque con nosotros no se juega", dijo el empresario -según la denuncia de Roldán- mientras le apuntaba con un arma de fuego. La escena, según la víctima, fue observada por la novia del empresario y un policía que custodiaba el local.
Luego llegó la policía, que lo rescató de sus agresores, secuestró armas de grueso calibre -una de ellas con pedido de secuestro- y detuvo a los acusados. Se trata del empresario Sebastián Malvestiti, su novia María Cecilia Mur y el policía Tomás Florencio Díaz, quien tiene rango de comisario y presta servicio en la Secretaría Privada de la Unidad Regional II. Más tarde los agentes apresaron a otro oficial, Alejandro Jorge Moreyra, acusado de entregar el auto a los secuestradores.
Ahora todos ellos fueron procesados por el delito de privación ilegítima de la libertad por la jueza de Instrucción Raquel Cosgaya. Para la magistrada, Malvestiti dio la orden de secuestrar a Roldán a dos fleteros de la empresa; mientras que su novia y el policía Díaz tuvieron una participación secundaria al presenciar la golpiza y no intentar interrumpirla. Por esta razón, el policía también fue procesado por incumplimiento de los deberes de funcionario público.
La resolución judicial alcanzó además al policía Moreyra, quien habría facilitado el Renault 12 a los autores materiales del secuestro y fue procesado como cómplice secundario. En tanto, los presuntos ejecutores del rapto, dos fleteros de apellido Singarella y Fiordellino, fueron recientemente detenidos aunque aún no fue resuelta su situación procesal.

Roldán fue secuestrado en un kiosco cerca de su casa.