No cabe duda de que, hoy en día, las conexiones permanentes a Internet son bastante comunes (al menos más que antes). Este tipo de acceso hace que el usuario tenga la opción de levantar servidores de todas las categorías desde su máquina y, seguramente, desde la de sus conocidos. Sin embargo, existe una desventaja en los servicios de banda ancha ahora disponibles en la Argentina, y tiene que ver con la imposibilidad de proveer direcciones IP fijas. Dicho de otro modo, las direcciones IP varían (de forma mucho menos frecuente que una conexión dial-up, pero varían al fin). Justamente, para evitar ese engorro, existe DNS2Go, servicio DNS dinámico y gratuito con el que los usuarios pueden hacer uso de su conexión de banda ancha, aun cuando no están frente a su propia máquina.
Modus operandis
El sencillo funcionamiento de un DNS dinámico permite que, cada vez que usted se conecte a Internet, su ISP (o proveedor del servicio de acceso) le asigne una dirección IP. A continuación, se lanza una aplicación llamada cliente, encargada de actualizar el nombre de host con la dirección IP que actualmente esté atribuida.
Regularmente, esta herramienta emite especies de latidos (en inglés, se dice "heartbeats") que indican cualquier cambio producido en la dirección IP de la computadora. En este punto, vale aclarar que el tiempo que pasa entre cada latido puede ser modificado desde la configuración del cliente.
En el caso específico de DNS2Go (porque, estimado lector, hay muchos servicios de DNS dinámicos), usted deberá ir a su sitio oficial en www.dns2go.com, registrarse y descargar la aplicación cliente. Durante este proceso, deberá elegir su nombre de host, que tendrá la forma dominio.dns2go.com.
Una vez hecho esto, recibirá vía correo electrónico la confirmación de la inscripción junto a un número de serie que servirá para darse de alta en el servicio, luego de haber instalado el cliente. A partir de entonces, podrá disfrutar de este programa.
El dominio en su poder
Apenas termine los procesos de registro e instalación, el cliente se lanzará en forma automática cada vez que usted inicie Windows. Prácticamente no hay que configurar nada a mano, ya que el programa de Deerfield es totalmente automático. Esto lógicamente se convierte en una ventaja muy valorada por quienes no son expertos en el manejo de este tipo de software.
Sin embargo, existen tres opciones que todo usuario debe tener en cuenta para poder sacar el máximo provecho a esta aplicación. La primera de ellas, que remite a la configuración para cuando el internauta se encuentra offline, permite redirigir todas las peticiones hacia otra dirección IP (esto es sumamente útil para cuando se está corriendo un servicio web).
La segunda opción es la sincronización del reloj del sistema con un reloj atómico (cosa que no resulta fundamental pero tampoco es mala, ya que ayuda a ser más puntual). Por fin, la tercera es la habilitación para el logueo de los eventos, que se guardan en un archivo aparte y que pueden verse mediante un visualizador dentro del cliente, similar al de NT.
Vale la pena
En síntesis, puede decirse que quienes cuentan con conexión a Internet de banda ancha se beneficiarán cuando instalen el programa DNS2Go de Deerfield. Las ventajas de esta propuesta son, básicamente, tres: por un lado, es gratuita; por el otro, permite redireccionar las peticiones de IP (aun estando offline) y, en tercer lugar, puede usarse con las conexiones convencionales de dial-up (es decir, las telefónicas).
De todos modos, los interesados en éste o en cualquier servicio similar deben tener en cuenta la siguiente advertencia: siempre conviene instalar previamente un firewall en la máquina. En este sentido, este suplemento recomienda el conocido ZoneAlarm, por ejemplo.
Más allá de esta exigencia, DNS2Go vale la pena para cualquier fanático de la navegación online. No dude, por lo tanto, en instalarlo.
La Ciudad
