El verano se aproxima y la costa atlántica bonaerense aparece como una gran atracción para disfrutar las vacaciones. Playas concurridas o tranquilas, cabalgatas que atraviesan pinares, acuarios, salidas de pesca y actividades náuticas son algunas de las alternativas recreativas que seducen a viajeros de todas las edades. El mar es energía en movimiento y al caminar por su orilla se experimenta un estado de tranquilidad muy especial. ¿Quién se resiste a dejar la huella de sus pies descalzos por la arena húmeda mientras el sol se pierde en el horizonte? Olas de placer aguardan en ese mágico sitio donde el continente se convierte en océano.
Mar del Plata, la perla del Atlántico, propone una gama de opciones para disfrutar en familia, de acuerdo a las edades y las preferencias de los visitantes. Parques temáticos, acuarios, granjas ecológicas, paseos marítimos y aéreos y excursiones de pesca embarcada son las cartas seductoras con que la Ciudad Feliz atrae todos los años a miles de turistas.
En el casco urbano presenta un rico patrimonio arquitectónico compuesto por grandes villas que datan de principios de siglo. En cuanto a la oferta comercial los shoppings y los sofisticados paseos de compras atraen a los visitantes al término de la jornada de playa. El Partido de General Pueyrredón, cuya cabecera es la ciudad Mar del Plata, se extiende en un amplio litoral marítimo que permite disfrutar de 47 kilómetros de extensas y variadas playas.
Los balnearios más concurridos son los siguientes:
* Playas del Faro: presentan gran extensión y un mar abierto con suave declive. Todos los balnearios ofrecen la práctica de actividades deportivas y náuticas.
* Playas del sur: se extienden desde el Faro hasta el límite con el Partido de General Alvarado. Se caracterizan por sus aguas tranquilas en un entorno de médanos, barrancas y acantilados.
* Punta Mogotes: sus amplias playas se extienden por 4 kilómetros. Los 24 balnearios cuentan con instalaciones complementarias: locales comerciales, restaurantes, cafés, salas de entretenimiento, canchas de paddle y vóley. Sus lagos artificiales permiten realizar deportes náuticos.
* Playa Grande: presenta balnearios selectos provistos con restaurantes, estacionamiento, jardines y comercios.
* Playas céntricas: tanto la Bristol, ubicada frente al Casino Central y al Hotel Provincial, como la Popular y Punta Iglesia son las que reciben la mayor afluencia de visitantes. Cuentan con servicios que satisfacen todos los requerimientos de los turistas.
* La Perla: es una de las playas más antiguas y tradicionales y dispone de coquetos paradores.
* Camet: cuenta con playas pequeñas que van creciendo paulatinamente gracias a la construcción de escolleras.
* Playa naturista: En pleno corazón de las playas del sur y flanqueada por barrancas, playa Escondida es el primer balneario naturista de la Argentina. Aquellos que no practiquen el naturismo pueden visitarla pero deben estar prevenidos de que a partir de los carteles pueden encontrarse con personas sin ropa y debe existir un comportamiento respetuoso hacia quienes practican el nudismo.
Reserva de lobos marinos
Otro atractivo de Mar del Plata es la Reserva Faunística de Lobos Marinos. El asentamiento se halla sobre una pequeña playa ubicada en el puerto de la ciudad, en la costa interna de la escollera sur. El objetivo primario de esta reserva es el de proteger al lobo marino de un pelo. Cabe destacar que en 1994, la especie fue declarada Monumento Natural de Mar del Plata. La característica más sobresaliente de la colonia es la existencia de ejemplares machos exclusivamente, lo que la califica como "única".
También vale la pena visitar la Reserva Natural del Puerto, que se encuentra limitada por el Complejo Punta Mogotes, el límite sur del puerto, las arenas de la costa y la avenida Martínez de Hoz. Esta reserva es el último reducto de un sistema de lagunas y bañados costeros, que configura un amplio espacio natural de gran valor ambiental.
En nuestro planeta existen tres grandes sistemas migratorios de aves: el de Europa y Asia, el de Oceanía y Africa y el Panamericano. La costa atlántica de nuestro país es una de las tres rutas de este último sistema, por donde anualmente transitan cientos de miles de aves de distintas especies. Las lagunas del puerto marplatense constituyen un punto más que importante en el largo viaje migratorio.
Laguna de los Padres
La laguna de los Padres tiene una longitud y un ancho máximo de 2.065 y 1.700 metros respectivamente y abarca una superficie de 216 hectáreas. Su vegetación es posible calificarla en emergida, sumergida y flotante. Con respecto a su fauna, en el área pueden observarse más de 90 especies de aves que utilizan el sector como zona de alimentación.
Una cita obligada para los días destemplados es el parque Camet, situado a 7 kilómetros al norte del centro de la ciudad. Se extiende sobre la costa y tiene una superficie de 136 hectáreas, de las cuales 40 están densamente arboladas con eucaliptos y coníferas. Allí se puede practicar polo, rugby, hipismo, destreza criolla, hockey y fútbol. El parque cuenta con fogones y servicios sanitarios.
Por su parte, el bosque Peralta Ramos alberga un barrio residencial que se extiende entre la avenida Mario Bravo entre las calles 34 y Cervantes. Es un bosque de 400 hectáreas con calles pavimentadas, en su mayoría con nombres de flores y caciques, y juegos para niños.
La vegetación está integrada por coníferas y eucaliptos. El lugar tiene excelentes vías de comunicación con las playas del sur y ofrece al turista la posibilidad de visitar numerosas casas de té de singular construcción, la mayoría instaladas en cabañas rodeadas de espesa vegetación y originales decoraciones.
Estancias
Las estancias cercanas a Mar del Plata ofrecen interesantes opciones para disfrutar del contacto con la naturaleza y las tradiciones campestres. Hay varios establecimientos que permiten hospedarse en antiguos cascos de estilo colonial con frescas galerías, observar la faena de los gauchos mientras carnean un novillo o un cordero, saborear excelentes fiambres caseros, disfrutar de caminatas o cabalgatas y presenciar espectáculos folclóricos.
Las principales estancias de la zona son:
* La Trinidad: ubicada a 800 metros de la ruta 2, a la altura del kilómetro 396. Fue fundada en 1826 y posee un amplio restaurante para realizar reuniones sociales. En sus campos se cultivan manzanas, trigo, frambuesas, gladiolos y papas. Los fines de semana se puede compartir el almuerzo o el té servidos en un viejo galpón que supo ser reservado para la esquila y el acopio de lana.
* Santa Isabel: se encuentra a 6.000 metros de la ruta 11, a la altura del kilómetro 19,5. Fue fundada en 1888 y funciona con las características de un alojamiento hotelero de cinco estrellas para grupos de aproximadamente 10 personas. Su arquitectura colonial del siglo pasado fue reciclada conservando el estilo portugués. Cuenta con diez suites, piscina, play room, videoteca y jardines escalonados. Ofrece cabalgatas, caza menor y paseos campestres. Posee infraestructura para la realización de banquetes, congresos, casamientos y reuniones empresarias con capacidad para 500 personas.
Uno de los mayores atractivos es el parque que rodea el casco con variadas especies arbóreas poco comunes: araucarias, robles, tilos, secuoyas, palmeras y una auténtica joya en materia de vegetación como es el ginkgo biloba, popularmente conocido como el "árbol de la vida".
En un sector de suelo rocoso se levanta un monte de 12.000 pinos. La estancia también cuenta con una cantera de la que se extrae piedra para frentes, conocida como "piedra Mar del Plata". La mitad de la superficie es utilizada para la siembra de alpiste, maíz, trigo y plantaciones de olivo.
El propietario del establecimiento posee una importante colección de carruajes que ilustran significativos momentos de la historia. Desde hace varios años las instalaciones de La Calandria se utilizan para la realización de reuniones sociales y fiestas criollas, con capacidad para 200 personas en espacio techado.
Caminatas junto al mar
Espectáculos artísticos en la peatonal, distendidas caminatas por la costanera, paseos en bicicleta, balnearios con todos los servicios y pinares que conservan un aspecto agreste son algunos de los atractivos que combina Villa Gesell, una urbe construida sobre los médanos vivos de la costa bonaerense.
A pesar de caracterizarse como un destino juvenil, con bares y boliches de onda que mantienen la movida hasta el amanecer, la villa también atrae a los mayores que arriban en busca de playas tranquilas y diversidad en propuestas gastronómicas y recreativas.
En el barrio Norte se encuentra la zona de forestación más antigua de la urbe. En tanto, en el anfiteatro natural, situado en paseo 102 y avenida 10, se realizan durante las noches de verano encuentros corales, presentaciones de música barroca, recitales y guitarreadas, con la maravillosa presencia de las estrellas colgadas del cielo.
En Boulevard y paseo 102 existe la posibilidad de cabalgar a la sombra de añosos pinos y álamos. El centro de equitación de Villa Gesell Tante Puppi ofrece para principiantes y experimentados jinetes excursiones inolvidables enmarcadas por dunas y médanos, además de recorridos hasta las localidades de Mar de las Pampas, Cariló y Valeria del Mar.
Desde el atardecer hasta la madrugada durante los meses de enero y febrero la avenida 3 se convierte en peatonal y sirve de escenario a la presentación de simpáticos espectáculos callejeros, mimos, malabaristas y cantantes.
Un imperdible es la visita a la feria artesanal y regional, ubicada sobre la avenida 3 entre 112 y 115. Allí se pueden adquirir auténticas creaciones realizadas en madera, cuero, metal y cerámica. También es recomendable concurrir al Canódromo (Boulevard y paseo 134), un sitio único en Sudamérica donde se disputan carreras diurnas y nocturnas de galgos.
Desde Villa Gesell parten excursiones al faro Querandí, una construcción flanqueada por dunas y un bello bosque de pinos y acacias. Sólo se llega al faro transitando playas desérticas a bordo de vehículos de doble tracción.
En el camino al faro se atraviesa Mar de las Pampas, un paraje que corresponde al partido de Villa Gesell y al que se arriba por la continuación de la avenida 3. Es una zona donde la arboleda llega hasta el borde de la playa, donde lujosas cabañas y casas de té invitan al relax y el placer. En la excursión al faro también se atraviesan los pintorescos paradores de Mar Azul y Las Gaviotas.
A la playa en familia
Miramar es un destino para compartir en familia. Es ideal para quienes buscan un lugar especial donde los niños puedan disfrutar de la naturaleza, el sol y el mar en total libertad y seguridad. El paisaje agreste y el buen trato que dispensan los lugareños posicionan a la ciudad como una de las preferidas de la costa atlántica.
Con un nuevo paseo peatonal, anfiteatro y plazas renovadas, la localidad invita a ser recorrida en bicicleta, pintorescos carritos o modernos ciclomotores y cuatriciclos.
A menos de dos kilómetros del centro se encuentra el Golf Club Miramar, un sitio de estilo escocés, con una campo de 18 hoyos y la ventaja de contar con los links frente al mar.
Esta zona costera presenta una de las mejores olas del litoral argentino, ideales para lanzarse a la aventura del surf y el body board. Otro de los atractivos de la ciudad es el parque Los Patricios, que cuenta con seis hectáreas y está atravesado por el arroyo El Durazno, que forma un espejo de agua propicio para remar en coloridos botes de alquiler. Allí funciona también una plaza de juegos infantiles.
No puede dejar de visitarse el Vivero Dunícola Florentino Ameghino, donde funciona el museo Prehistórico y Etnográfico que exhibe fósiles y elementos autóctonos recopilados y catalogados. Estos elementos en su gran mayoría fueron encontrados en el área costera y la zona de acantilados arcillosos. Florentino Ameghino fue el precursor de los hallazgos arqueológicos en la región. El vivero se puede recorrer en bicicleta.