Los andinistas afirman que Perú tiene una diversidad única de cumbres, donde el clima es benigno y el silencio absoluto, combinación que convierte al país en un sitio muy atractivo para los montañistas. Los aventureros de las alturas dicen que la cordillera blanca es la "capital peruana del andinismo". Situada en el oriente del valle del río Santa, en el Callejón de Huaylas, el lugar es un derroche de cumbres nevadas. La más elevada es Huascarán, con 6.768 metros; Huandoy, con tres picos por arriba de 6.000, en tanto que por arriba o por abajo de esa altura se ubican Chopicalqui, Chacraraju, Alpamayo y Copa. La cordillera blanca es también la cadena montañosa tropical más alta del mundo, a la que se conoce como "el Chamonix andino". Prácticamente la totalidad está protegida por el Parque Nacional Huascarán, en el que hay 663 glaciares, 269 lagos color esmeralda, 41 ríos y 33 yacimientos arqueológicos. Sus circuitos de trekking son muchos, pero uno de ellos, la ruta de la Quebrada Santa Cruz, es famosa por la belleza de los paisajes que atraviesa. Los poblados ubicados al pie son un atractivo adicional para los andinistas; es la posibilidad de pasar los días previos a la ascensión con gente amable y hospitalaria. De esos poblados son los guías, los porteadores y los equipos de rescate y escalada que brindan apoyo logístico. Baqueanos que conocen los sitios más ocultos de los picos andinos. Muchos montañistas llegan a Perú sólo para intentar la conquista del Misti, volcán de 5.825 metros que custodia la ciudad de Arequipa. Subir hasta la cima es transitar dos días por terrenos flojos y pendientes pronunciadas. Existen varias rutas pero la más popular comienza en Arequipa y llega hasta Tambo Inca y al campamento Nido de Aguilas. Algo debe tener esta cumbre para que los deportistas siempre pasen una noche allí, muy cerca del cielo surcado por extrañas luces. A Arequipa se la conoce como la ciudad blanca por el color del sillar, la piedra volcánica con la están construidas sus casonas y su catedral de estilo neorenacentista, que reemplazó a la de líneas coloniales que un terremoto destruyó en 1844. Desde Arequipa hasta el valle de Colca hay apenas cuatro horas de camino. Allí están, esperando a los desafiadores de alturas, los volcanes Ampato y Sabancaya, y el imponente nevado Hualca Hualca. La altura de estos colosos ronda los 6.000 metros. Una de las rutas de trekking más populares de Colca es la que une los poblados de Cabanaconde y Tapay, un camino de paisajes impresionantes donde se encuentran vestigios de la etnia cabana y ruinas prehispánicas. Otra de las cordilleras peruanas, la del Vilcanota, está cerca del Valle Sagrado de los Incas y en sus laderas se ubican pintorescos poblados, interesantes sitios arqueológicos y prolijos cultivos de maíz gigante. Sus montañas de más de 5.000 metros resultan ideales para la práctica del trekking. Muy pocos circuitos fueron "descubiertos" y acondicionados para su explotación comercial. La mayoría de estas rutas naturales que atraviesan los Andes peruanos aún esperan ser exploradas. Mientras tanto, unos 25.000 caminantes de todo el mundo llegan anualmente para transitar el Camino del Inca, que lleva hasta la fortaleza de Machu Picchu. Ese camino, uno de los más bellos de América, es una ruta empedrada de 43 kilómetros, que los incas construyeron en lo más profundo de la selva cuzqueña. El trayecto se completa en tres o cuatro días y se inicia en Qorihuayrachina, exactamente en el kilómetro 88 del ramal ferroviario Cuzco-Quillabamba. En muy pocos lugares del mundo se escuchan tantos idiomas a la vez como en este desolado paraje peruano donde comienza la caminata. (Télam)
| Los baqueanos acompañan a los turistas en el recorrido. | | Ampliar Foto | | |
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