La estadounidense Lindsay Davenport le arrebató el liderazgo mundial del tenis femenino a su compatriota Jennifer Capriati. Ayer, con un trabajoso triunfo en tres sets sobre la belga Kim Clijsters en semifinales del Masters en Munich, Davenport recuperó el número uno del mundo que Capriati había ganado con una excelente y trabajosa trayectoria a lo largo del año. Davenport (2ª) se impuso a Clijsters (3ª) por 1/6, 6/3 y 7/6 (7/3) en una dura lucha de casi 1 hora y 50 minutos y hoy puede estrenar el nuevo liderazgo en la final ante su compatriota Serena Williams. Serena (7ª) se deshizo fácilmente de la francesa Sandrine Testud por 6/3 y 6/0, en 54 minutos. El menor desgaste puede ser una ventaja física para Serena Williams, lo mismo que la ventaja psíquica que suponen los triunfos que logró en los dos duelos que tuvo con Davenport este año. Davenport, por su parte, viene con la tranquilidad de tener una racha de triunfos de quince partidos y los títulos ganados en Filderstadt, Zurich y Linz. Sólo le falta un triunfo para ganar el cuarto torneo en serie. Días pasados, Davenport se mostró un tanto incrédula ante la posibilidad de volver a ser la número uno, aduciendo que su actuación en los torneos de Grand Slam no habían sido muy buenas, pero ayer cambió de actitud. "No me voy a sentar acá para tener que defenderme. Yo no puedo cambiar el hecho de que Venus (Williams, ganadora de los abiertos de Wimbledon y Estados Unidos) sólo juegue nueve o diez torneos y que Jennifer (Capriati, campeona en Australia y Francia) no haya ganado más torneos. Es obvio que de lo contrario, alguna de ellas sería la número uno. No lo puedo remediar, lo tomo tal cual es", declaró la flamante líder del ránking. (DPA)
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