Año CXXXIV
 Nº 49.290
Rosario,
domingo  04 de
noviembre de 2001
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Tres agentes del Programa de Reducción de Daños hablan con La Capital
Son usuarios de droga y trabajan con otros adictos para prevenir el sida
Avalados por la UNR repartieron en sus barrios 1.300 kits con material inyectable en dos meses

Laura Vilche

Dos de ellos se llaman Marcelo y uno Alejandro. Uno padece de HIV, dos tienen hijos y todos están desocupados. Los tres -que aceptaron dialogar con La Capital pero con la reserva de identidad- comenzaron a drogarse hace bastante tiempo y hoy, que cada uno pasó los 30 años, lo siguen haciendo pero son parte de los veinte usuarios y promotores comunitarios que integran el Programa de Reducción de Daños y prevención del HIV/Sida. Hombres y mujeres que según sus propias palabras conocen el paño más que muchos profesionales y que en los dos últimos meses proveyeron información, preservativos y 1.300 kits de materiales de inyección a los usuarios de sus propios barrios y lugares de pertenencia. Llegan así a una parte de los 7 mil usuarios de drogas inyectables de Rosario con el fin de acercarlos al sistema de salud, condición de la que no goza el 90 por ciento de los adictos que, en su mayoría, es HIV positivo.
El Programa lo realiza desde hace un año el Centro de Estudios Avanzados en Drogadependencias y Sida (Ceads) de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Dirigida por Silvia Inchaurraga, la iniciativa apunta a reducir los daños y modificar las actitudes y conductas de riesgo relacionadas con el HIV, las hepatitis y sobredosis.
Los promotores llegan a sus pares con "La Cajita", un equipo de jeringas, agujas, un recipiente estéril para preparar droga, algodón, alcohol, agua destilada, preservativos y un manual que sugiere: "Si te vas a picar, corré menos riesgos". El texto es el primer material en su tipo en América Latina que enumera precauciones al preparar droga e inyectarse, para evitar abscesos y sobredosis.

"Empezamos de chicos"
Alejandro vivía en una villa de la zona sur de Rosario y tenía 9 años cuando comenzó a fumar marihuana. Los dos Marcelo, en cambio, dicen que arrancaron cuando eran estudiantes secundarios. Los tres advierten que no probaron el pegamento pero sí las pastillas, el alcohol, el faso, el porro o maconha (marihuana) y "al toque, la cocaína", narra uno de ellos.
Dicen que no hay rincón de Rosario que no sea "permeable" a las drogas y que ellos no están ni a favor ni en contra del consumo, sino que apuestan a la reducción de daños. En cambio rechazan los programas que apuntan a la abstinencia inmediata: "He pasado por esas experiencias pero no volvería. Son lugares en que se actúa con crueldad", opina Marcelo.
Cuando se les pregunta qué mote les molesta más, responden que "ni el de drogón, ni el de falopero o drogadicto afecta tanto como el de delincuentes o vagos, porque cada historia es personal".
Sostienen que "curtiendo (drogándose)" la han pasado bien, pero también muy mal. Que llegaron al Programa de Reducción de Daños luego de haberse contactado con los servicios de salud mental de algunos hospitales, que fueron seleccionados como promotores de entre cien usuarios, que se formaron en talleres y que desde hace dos meses están en plena actividad.
"Lo nuestro no se trata de ser sólo buenos samaritanos. Somos una bisagra importante entre el programa y nuestros propios pares. No es fácil llegar a un usuario, hay resistencia", señalan.
Aseguran que ser promotores les aportó "mucho" y lamentan que el gobierno nacional no apueste más a iniciativas de este tipo. "Si un programa como éste hubiese existido hace 13 años, posiblemente yo no tendría hoy sida", señala Marcelo. "Si muchos más usuarios conocieran este programa no correrían los riesgos que padecen al inyectarse mal, compartir la aguja o disolver droga con agua sucia. Al disponer de un equipo limpio todo esto se evita", asegura Alejandro.
En tanto, el otro Marcelo sostiene que al trabajar con profesionales, en este programa se complementa lo mejor de cada uno: "Ellos saben de libros y conocimiento científico. Nosotros sabemos de calle. Entre ellos y nosotros tratamos de acercarnos a los adictos que necesitan ayuda".



Materiales distribuidos a los usuarios de drogas.
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