Belfast. - El líder protestante moderado David Trimble fracasó ayer en su intento por ser reelegido primer ministro del gobierno de poder compartido de Irlanda del Norte, sacudiendo el proceso de paz de la provincia británica en momentos en que parecía nuevamente sobre ruedas. Los protestantes de línea dura derrotaron por estrecho margen el intento del premio Nobel de la paz de regresar al frente de la coalición católico-protestante de la provincia, dejándola sin timón apenas una semana después del impulso que recibió de la decisión del Ejército Republicano Irlandés (IRA) de comenzar a desarmarse. "Debo pedirle a la gente que no se desanime, que no pierda la fe en el proceso", dijo Trimble a los periodistas después de la votación. "Confío en que triunfaremos y llevaremos esto hacia adelante positivamente".
Martin McGuinness, un importante miembro del Sinn Fein, aliado político del IRA, calificó el resultado de "decepcionante" e instó a Gran Bretaña a realizar nuevas elecciones a la asamblea de poder compartido para apuntalar el histórico acuerdo de paz de Viernes Santo, de 1998. "Los opositores al proceso de paz han tenido su día, no debemos permitirles que se salgan con las suyas", dijo McGuinness a los periodistas.
Trimble, líder del probritánico Partido Unionista de Ulster, recibió el respaldo de políticos católicos, pero dirigentes protestantes de línea dura hostiles al acuerdo de Paz de Viernes Santo votaron en su contra, frustrando su campaña de reelección.
Dos disidentes
El líder probritánico, que había renunciado al cargo en julio como una forma de protesta contra el frustrado desarme de la guerrilla católica, obtuvo una clara mayoría de los votos sufragados, pero el hecho de que dos disidentes de su propio partido le retiraron su respaldo significó que no lograra asegurar el 50% de los votos en el bloque "unionista" protestante. Las decisiones importantes del Parlamento, que fue creado después del acuerdo de paz, necesitan el respaldo de la mayoría de los representantes de ambas comunidades.
El resultado mostró una vez más que aún hay profundas divisiones entre los partidos protestantes acerca del acuerdo. Los protestantes de línea dura se mantienen escépticos en torno al pacto y a las intenciones del IRA.
Trimble fustigó a los rebeldes de su propio partido, Peter Weir y Pauline Armitage, acusándolos de actuar de forma "deshonrosa". Weir dijo que su objetivo siempre ha sido una Irlanda estable y pacífica.
Sin embargo, haciéndose eco del escepticismo de otros políticos de línea dura, declaró que tenía dudas de si la destrucción parcial del arsenal del IRA a finales del mes pasado fue "meramente un cínico gesto excepcional o parte de un proceso orientado a la destrucción total" de las armas.
Horas cruciales
El gobierno británico debe ahora decidir si llama a nuevas elecciones o suspende las instituciones regionales y reinstala la administración directa desde Londres. El secretario británico para Irlanda del Norte, John Reid, tiene hasta hoy para anunciar su decisión. Dando una señal de la gravedad de la situación, Reid convocó inmediatamente a los líderes de los partidos regionales para mantener conversaciones.
Un llamado a elecciones aumentaría, según todos los pronósticos, la polarización en la Asamblea norirlandesa, con ganancias para los republicanos del Sinn Fein -el brazo político del IRA- a expensas de los moderados socialdemócratas o laboristas. El UUP de Trimble, por su parte, perdería escaños a manos de los elementos más intransigentes del unionismo. (Reuters y DPA)