Cerca, muy cerca. La Cámara Federal de Rosario ordenó ayer al juez Carlos Carrillo que cite a prestar declaración testimonial a los ex jefes del Segundo Cuerpo de Ejército Leopoldo Fortunato Galtieri y Ramón Genaro Díaz Bessone, además de Juan Orlando Rolón (ex titular del Area 212, a cargo de la estructura represiva en el centro-norte provincial). La medida se enmarca en la causa que procura establecer la suerte corrida por Alejandro Pastorini, un detenido desaparecido durante la última dictadura militar.
El texto que revoca la decisión adoptada el 30 de marzo de 2001 por el titular del Juzgado Federal Penal Nº3 lleva la firma de los camaristas Edgardo Bello, Hugo del Pozo y Héctor Tripicchio. "Es un fallo positivo porque aceptó nuestras pretensiones", aseguró a La Capital la abogada de la APDH Matilde Bruera.
El 16 de abril pasado, el juzgado a cargo de Carrillo fue escenario de la presentación de un recurso de apelación encuadrado en la causa "Romanini Cristina, sobre búsqueda de la verdad histórica en relación a la desaparición de Alejandro Pastorini".
El escrito fue entregado ante el juez contra la resolución mediante la cual se ordenó -vía exhorto- la testimonial de Galtieri, Díaz Bessone y Rolón. Según explicó Bruera, "esto posibilitaba que los nombrados no declarasen en Rosario, sino en sus actuales lugares de residencia y ante otro magistrado".
Ahora la Cámara dispuso lo contrario. "En primer lugar, los testigos deben declarar en el juicio. Sólo se hace por exhorto cuando la persona tiene algún inconveniente para trasladarse, algo que no ocurre con estas personas. Además, si viven en Buenos Aires, la distancia con Rosario es muy corta... Y ni hablar de Santa Fe", enfatizó Bruera, quien patrocina la causa junto a Juan Roberto Coria e Inés Cozzi, entre otros letrados.
La decisión de Carrillo constituyó para los abogados una "violación" del principio de inmediatez y desvirtuó el pilar en el que se apoyan los juicios por la verdad: el armado del más cruento puzzle creado por los ejecutores de la represión ilegal durante los años de plomo.
Por lo pronto, las expectativas se mantienen intactas. "Galtieri, Díaz Bessone y Rolón serán interrogados en base a lo acumulado en el expediente. Además, está el juicio a (Agustín) Feced, y estamos todos los abogados y los familiares de las víctimas", resumió Bruera, quien no logra dilucidar un interrogante: "¿Por qué el magistrado hizo lugar a la excepción si ni siquiera la habían planteado los acusados?".
Tras revocar la resolución en primera instancia de Carrillo, la Cámara remitirá en los próximos días el expediente al juzgado, que será el encargado de fijar la fecha de las citaciones.
Según la Cámara, en el sistema procesal argentino, de carácter mixto, "el principio de inmediación de la prueba es de fundamental importancia y exige que el testigo declare personalmente ante el juez de la causa".
Sin embargo, se establecen dos excepciones por las cuales el magistrado puede recibir una testimonial "por exhorto o mandamiento dirigido al juez de su residencia": para los casos en que la persona citada se domicilie en un lugar distante o cuando sean difíciles los medios de transporte.
Pese a estos argumentos, "si el testimonio es importante puede disponerse la comparecencia, en forma excepcional, con prescindencia de las circunstancias de distancia o dificultad en el transporte".
Sin impedimentos
Para la Cámara (aunque los domicilios de los testigos pueden considerarse distantes) esta situación "no aparece de entidad suficiente" como para impedir -en principio- la comparecencia de Galtieri, Díaz Bessone y Rolón por el caso Pastorini. "Máxime cuando tales declaraciones pueden resultar de suma importancia a la hora de dilucidar la pretensión de la presentante", resaltó, entre sus principales fundamentos, la resolución judicial.
Pastorini, un médico psiquiatra rosarino, fue chupado en su departamento por los grupos de tareas. Estaba junto a su compañera, Cristina Romanini, quien posteriormente fue liberada.
El juicio por la verdad fue iniciado por la propia Romanini, además de la hermana y la hija del psiquiatra, quien también es parte querellante.