El IX Festival Internacional de Poesía de Rosario inaugurado ayer reunirá hasta mañana a autores de dieciséis países de distintas partes de América y Europa, que leerán sus textos en el Centro Cultural Bernardino Rivadavia.
La diversidad y pluralidad de un encuentro de poetas que hablan y piensan según sus particularidades, aparece hoy como la antítesis de un mundo globalizado y uniforme, donde las ideas, cuando las hay, son apenas producto de la clonación. Como la imaginación no se pude calcar, este tipo de eventos no deja de atraer cada vez a un público más numeroso, integrado mayormente por jóvenes.
En América latina se destacan actualmente los festivales de poesía realizados anualmente en las ciudades de Oaxaca (México), Medellín (Colombia) y Rosario (Argentina). En particular, en la ciudad, declarada por decreto "capital de la poesía", se lleva a cabo desde 1993 el encuentro de poetas que ha ido en suba pasando de "latinoamericano" a "internacional", ya que en sus últimas ediciones llegaron significativos poetas de todos los rincones del orbe.
Invitados
Entre los invitados a esta nueva edición, se cuentan Paolo Ruffilli, de Italia; Darío Jaramillo, de Colombia; Peter Sragher, de Rumania; Thiago de Mello, de Brasil; Ales Steger, de Eslovenia; Rafael Soto Vergés, de España; Jesús Hilario Tundidor, de España; Pierre Yves Soucy, de Bélgica, y Yolanda Pantín, de Venezuela. De las muchas voces locales destacan Alberto Ponzo, Gianni Siccardi, Luis F. Oteriño y Luis Tedesco.
El encuentro, organizado por la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario y la Subsecretaría de Cultura de Santa Fe, se ha convertido en un centro de difusión y promoción de la poesía, y este año se espera superar la presencia de público de las ediciones anteriores, estimado en unas 3.000 personas.
Para esta edición del Festival, dos poetas hacen las veces de coordinadores: Hugo Diz y Any Lagos. Esta última indicó que el encuentro "ha transformado a la ciudad en un centro de convergencia de destacados poetas de todo el mundo, intentando estimular el intercambio cultural y la comunicación personal entre autores, lectores y el público asistente".
"Esta difusión oral de la poesía -subrayó- está orientada a estrechar vínculos, reconocer los valores culturales de cada país y profundizar los aspectos de nuestra identidad propiciando un acercamiento a través del contacto directo con poetas de otros países".
Lagos advierte que la importancia del encuentro se debe en gran medida a los destacados poetas que concurren cuyas obras se abren a un abanico de estilos, tendencias, escuelas, modalidades: "Prácticamente llegaron poetas de todo el continente, entre ellos Circe Maia de Uruguay, Juan Calzadilla de Venezuela, la uruguaya Marosa Di Giorgio, el chileno Gonzalo Rojas, el colombiano Juan Manuel Roca, y nuestros Hugo Mujica, Juan Gelman, Olga Orozco y Hugo Padeletti, por dar apenas unos nombres".
También los jóvenes
En este acontecimiento poético se han unido voces de distintas partes del mundo con argentinos de todo el país, borrando las fronteras generacionales. De modo que los poetas más jóvenes están presentes en el Festival, tanto leyendo sus textos como exponiendo sus publicaciones: "Hay mesas de poetas inéditos, de poetas jóvenes que aparecen y que cada vez son más". La actividad principal consiste en mesas de lectura, paneles de conferencias y mesas debate relacionadas con el quehacer poético.
"Llama la atención la cantidad de público que convoca, hay mucho entusiasmo alrededor de este diálogo entre la creación y el pensamiento que ha cobrado verdadera trascendencia. El festival genera un microclima muy especial por el intercambio que desata y el hecho de poder escuchar las voces en la lengua original", concluye Lagos. (Télam)