| | La Biblia y el calefón ante el Palacio Municipal
| Casi mezclados, remiseros y futuros médicos se encontraron ayer al mediodía en la escalinata de entrada del Palacio Municipal. Los transeúntes no entendían si se trataba de una protesta o de un festejo. En realidad era un mix de ambas cosas. Los choferes fueron a repudiar la decisión de la comisión de Servicios Públicos del Concejo de pedir la caducidad de la empresa Primera Clase. Los flamantes graduados regresaban de celebrar en el Monumento el final del cursado de su carrera.
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