Tokio. - Barcos y aviones con la bandera japonesa volverán a participar en una guerra, aunque sólo en misiones de apoyo logístico a las tropas anglo-norteamericanas comprometidas contra el terrorismo internacional, en el que fue interpretado como un cambio histórico. Desde 1945, los militares japoneses no podían salir de las fronteras de su país en tiempos de guerra. El "sí" definitivo del Parlamento se produjo con la aprobación de parte del Senado de la ley antiterrorismo, que pidió personalmente el primer ministro Junichiro Koizumi. La aprobación se realizó en tiempo récord, apenas 24 días después de la presentación ante las Cámaras del proyecto de ley, y 49 días después del ataque terrorista del 11 de septiembre en Washington y Nueva York. Una velocidad increíble si se la compara con la lentitud demostrada por Japón en 1991, durante la crisis del Golfo, que acarreó el ataque de Estados Unidos y sus aliados por no haber querido colaborar con medios y hombres. Aunque finalmente Tokio concedió alrededor de 13 mil millones de dólares que sirvieron, en gran parte, para los gastos de las fuerzas multinacionales. "Hoy el Parlamento realizó un gesto de gran significado -dijo Koizumi- que permite a Japón jugar un rol activo en la escena mundial. La lucha contra el terrorismo no será nada fácil pero podremos llevarla adelante hasta el final. Al mismo tiempo -agregó-, seguiremos promoviendo la paz y la reconstrucción de Afganistán y haremos lo posible par resolver la crisis en Medio Oriente". La ley tiene una validez de dos años, y es "prorrogable en caso de ampliación de los tiempos de la intervención militar norteamericana y de otros países" contra las centrales del terrorismo internacional. Además, permite el envío de las fuerzas niponas "sólo a los países que acepten libremente su presencia y en zonas donde no haya combates". Los militares que están en el exterior "pueden recurrir al uso de las armas para protegerse ellos mismos y a todos los que se encuentran bajo su manto protector", sean refugiados que escapan de zonas de guerra o soldados norteamericanos o de otros países que estén heridos o que necesiten asistencia. El apoyo logístico comprende tres aspectos: 1) el transporte y provisión de materiales a tropas norteamericanas o de otros países y asistencia en los sectores médico y de las telecomunicaciones y en el funcionamiento de los aeropuertos, puertos y bases militares; 2) operaciones de búsqueda de heridos o desaparecidos en operaciones bélicas y 3) asistencia a los refugiados. Para el fin de semana se prevé consultas entre Japón y Estados Unidos para decidir el alcance y las tareas de las tropas niponas en las misiones de apoyo logístico. Además se sabe que los primeros barcos podrían partir en la primera quincena de noviembre. La ley fue aprobada por 140 votos, contra un total de 240 votantes, de los tres partidos del gobierno: liberaldemócrata, LDP, de Koizumi; Komei de inspiración budista y conservadores. Se opuso el mayor antagonista del LDP, el partido demócrata, que planteo como condición para el sí la aprobación previa del Parlamento al envío de las tropas. La ley prevé sólo la aprobación a posteriori del Parlamento, antes de 20 días desde el envío de las tropas. "Existe el riesgo de que los soldados japoneses terminen por verse comprometidos en operaciones de combate", explicó el partido democrático como justificación de su negativa. Más duros se mostraron, en cambio, los comunistas y los socialdemócratas para quienes el envío de las tropas en apoyo a EEUU es de hecho una acción de guerra, violando claramente la Constitución pacifista que impide a Japón la utilización de la fuerza en la solución de los conflictos internacionales, aunque no explicaron si accionarían judicialmente (Ansa)
| Naves con la bandera nipona en el puerto de Sasebo. | | Ampliar Foto | | |
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