Casi ocho mil personas evacuadas se registraban anoche en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, La Pampa y Santa Fe a raíz de las inundaciones. La situación más dramática se presentaba ayer en territorio bonaerense, donde algo más de 6.100 personas se encontraban evacuadas o autoevacuadas, mientras varias localidades eran abandonadas por sus habitantes debido al avance del agua y otras corrían el riesgo de quedar aisladas.
Medio centenar de partidos bonaerenses sufría las consecuencias del devastador avance de las aguas, que dejó 3.722 personas evacuadas y al menos 2.400 que debieron dejar las viviendas por sus propios medios. Tanto en General Villegas como en otras de la zona se colocaron alcantarillas para el drenaje de las agua, pero la localidad es "casi una isla", manifestó su intendente Jorge Alegre.
Mientras en algunos partidos bonaerenses los evacuados comenzaron su regreso a casa, el subsecretario de Gobierno de La Matanza, Angel Aisa, indicó que tiene más de 1.600 evacuados en su distrito, en su mayoría de Virrey del Pino y Laferrere.
"Calculamos que la situación no va a cambiar hasta dentro de dos o tres días porque el río Matanza sigue recibiendo agua de los campos del interior de la provincia; su caudal disminuirá si no llueve", apuntó una fuente de Defensa Civil. Otros distritos afectados son Cañuelas, Ezeiza, Moreno, Florencia Varela, Esteban Echeverría, Presidente Perón, Quilmes y San Vicente, aunque en todos ellos la situación tendía a mejorar.
El vicegobernador bonaerense, Felipe Solá, aseguró que la tarea prioritaria es reforzar la defensa de los cascos urbanos amenazados, principalmente en los partidos de Chascomús -donde la laguna presentaba una altura tres metros mayor a lo normal y se evacuaron 809 personas-, San Miguel del Monte, General Belgrano y Roque Pérez. Durante una recorrida por este último, el funcionario garantizó que los fondos para asistir a productores y peones rurales serán entregados con el consentimiento de los intendentes municipales.
Solá se reunió con los intendentes de Roque Pérez, Saladillo, Lobos y Tapalqué, y con dirigentes de las zonas afectadas. El funcionario reconoció que "esta es la peor, la más devastadora de todas las inundaciones desde 1998 a la fecha" y se mostró confiado en la puesta en marcha del Plan Maestro del río Salado, que tendrá una inversión de 1.500 millones.
"Nunca llovió tanto"
El gobernador de Córdoba José Manuel de la Sota recorrió ayer las regiones más complicadas del sur de esa provincia, como Vicuña Mackenna y Laboulaye, en donde la ruta nacional 7 está cortada con más de 70 centímetros de agua sobre la traza y se evacuaron cerca de mil personas. "Nunca había llovido tanto como ha ocurrido últimamente aquí en Vicuña Mackenna y en toda la zona sur", dijo De la Sota, y señaló que "todo el mundo" está poniendo su el esfuerzo para "tratar de resolver esta grave situación", por lo que su gobierno intenta que "de alguna manera la salida de las aguas se produzca con mayor celeridad".
Por su parte, el mandatario pampeano, Rubén Marín, manifestó en General Pico que "lo único que podría empeorar las cosas sería una helada en diciembre".