cartas

Ni felicidad ni eficiencia

Rescatamos las palabras del ex presidente de Rosario Central, especialmente las de "trabajar rápidamente para instalar en la gente sus propuestas con motivo de la próxima elección". Hasta ahora algunos enunciados -club exclusivamente en manos de sus socios; déficit cero; concurso preventivo de acreedores; aplicación de la ley 25.284 de salvaje de entidades deportivas y su fideicomiso de administración, gerenciamiento privado, transformación en sociedad anónima- según los cuatro proyectos legislativos en trámite, deben tener su correlato en el debate a instalar con urgencia, puesto que los 28 millones de su pasivo y su crónico déficit operativo mensual no deben prolongar la agonía. En estos días la sociedad asiste a un confrontación entre dos modelos: la tradicional asociación civil (a cuya sombra crecieron y se desarrollaron los clubes de fútbol) y una presión por transformarlas en sociedades anónimas como supuesto de mayor eficacia. En un país signado por privatizaciones y desregulaciones de todos los colores, ahora el paradigma del mercado está intentando incursionar en uno de los pocos reductos que todavía pertenecen a la sociedad civil en nuestro país: las entidades deportivas con fútbol. El fútbol atrae como un negocio fabuloso, seguro, porque la pasión no decae nunca. Pero el sentimiento popular parece seguir diciendo "no" porque los clubes son un espacio social, cultural y deportivo, y porque sobran ejemplos dentro y fuera del fútbol, en nuestro país y en el exterior que demuestran que la sociedad anónima no asegura felicidad ni eficiencia.
DNI 6.172.534