-¿Cuál fue la idea que generó el espectáculo? -Trabajamos sobre las letras de tango y nos pareció que había ciertos elementos muy interesantes, en la medida que todavía muchas de las temáticas de tango nos pegan, nos conmueven y algunas otras que nos revelan con el paso del tiempo el rol de la mujer. -¿Quiénes te acompañan en tu doble función de actriz y directora? -Adriana Fordella y Omar Ghezzi, en las actuaciones; la música es de Claudia Garbolino; la dirección actoral es de Claudia Cantero, y el vestuario de Cristina Ayala -¿El tango es en general machista? -Hay casos que tienen una mirada como muy cruel de la mujer en el tango: el mono del Sarrasani, un descolado mueble viejo, una percha en el escote. -¿Cuál es la estructura? -Tiene una estructura fragmentaria desde el punto de vista de la narración, que se hace a través de imágenes, pero siempre con el referente de los encuentros y desencuentros, la ilusión y la desilusión, pero tiene distintos climas y hay partes que son más humorísticas. -Además de tu condición de mujer, ¿por qué te interesaste en estos temas? -Había trabajado en un espectáculo de tango y me pareció interesante poder continuar investigando desde una estética que tuviera que ver con la perspectiva que vengo trabajando en danza teatro. Además me pareció interesante poder hacer algo retomando esta danza y estas letras, que tienen que ver con lo que pasó hace cien años y con la mirada de hoy, atravesada por otras cuestiones que nos siguen conmoviendo, como tener ganas de amarnos. El tango habla de temas como la sensualidad del cuerpo a cuerpo y hay mucho de esto puesto en juego. -¿Qué lugar le reservaste al hombre? -Contradictoriamente en el tango el hombre aparece llorando por amor... Es medio contradictorio con eso de que un hombre macho no debe llorar; no es lo más esperado del varón que está compelido a no hablar de sus sentimientos y a bancársela. El hombre aparece en varios momentos del espectáculo y jugamos con esa dificultad para decir lo que les pasa. -¿No se suavizaron algunas fronteras entre los géneros? -Hubo un profundo replanteo entre los varones sobre el rol de la mujer. En el conjunto de la sociedad hay montones de cambios que hablan de estas cuestiones, e inclusive hay tantos tangos escritos sobre mujeres, pero en realidad con la mirada masculina, por lo menos en los tangos más tradicionales. -¿Los vestiditos intercambiables infantiles remiten a un carácter de muñequita? -Hay algunas de esas escenas que tienen connotación de Barbies, estas rubias de Nueva York que se ríen y que en cierta medida también hacen referencia a cuestiones como la seducción y el artificio. -¿Hay alguna intención de reivindicación feminista? -En el tango está bastante presente la marca del hombre y además es el que manda en la danza, pero la intención no es esa. Una siempre va en busca del hombre, al menos en muchos casos... y en esa búsqueda puede ir bien o mal, siempre hay un riesgo, pero así es la vida.
| Masetti, Adriana Fordella y Omar Ghezzy, protagonistas. | | Ampliar Foto | | |
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