Los obispos del mundo reiteraron el pedido para que se "alivie" el peso de la deuda externa de los países en vías de desarrollo, y reclamaron un cambio de "orden moral" para revertir las desigualdades que obligan a 1.200 millones de personas a vivir con menos de un dólar por día. También exhortaron a los jóvenes a que "no se dejen reclutar por campañas de división étnica, ni ganar por la gangrena de la corrupción". Pero fue el Papa Juan Pablo II, quien se encargó de clausurar oficialmente ayer la X Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, presidiendo una misa solemne en la basílica de San Pedro del Vaticano, desde la que lanzó un nuevo llamado misionero a los pastores católicos. En tanto, se confirmó que el cardenal Jorge Mario Bergoglio de Buenos Aires fue elegido entre los doce miembros que compondrán el Consejo del Sínodo, en funcionamiento tras el cierre de la asamblea. En el documento conclusivo de la reunión, redactado por una comisión encabezada por monseñor Estanislao Karlic (Paraná), se aseguró que no van a callarse frente "al drama persistente del hambre y de la pobreza extrema en una época en la cual la humanidad posee como nunca los medios de un reparto equitativo". Tras advertir que "algunos males endémicos, subestimados durante mucho tiempo, pueden conducir a la desesperación de poblaciones enteras", los prelados se solidarizaron con "la masa de refugiados e inmigrantes que, como consecuencia de la guerra, de la opresión política o de la discriminación económica, son forzados a abandonar su tierra, en búsqueda de trabajo y con una esperanza de paz". Los representantes eclesiásticos expresaron, asimismo, su "más viva compasión" por las víctimas y los familiares de los atentados del 11 de setiembre pasado, y condenaron de "modo absoluto al terrorismo, que de ninguna manera puede ser justificado". En un párrafo especial, instaron a los responsables políticos y económicos a "ponerse de acuerdo lo más ampliamente posible para hacer obras de justicia y de paz", y les reclamaron que pongan atención en aquellas zonas del planeta donde la gente "muere a causa del hambre o de la falta de medicamentos". "Como se los ha pedido expresamente el Papa -insistieron-, alivien el peso de la deuda externa de los países en vías de desarrollo y defiendan todos los derechos del hombre, especialmente el de la libertad religiosa". (DyN y DPA)
| |