Año CXXXIV
 Nº 49.283
Rosario,
domingo  28 de
octubre de 2001
Min 18º
Máx 21º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






Otros seis presos por un robo a peones bolivianos en Soldini
Ya son ocho los detenidos por el asalto, ocurrido el 9 de octubre en zona rural

Con la detención de seis hombres, que se sumaron a otros dos apresados días atrás, la policía de la subcomisaría 6ª de Soldini dio por esclarecido el violento robo que sufrieron tres quinteros bolivianos en una chacra de esa localidad el pasado 9 de octubre. Aquel día, una banda de delincuentes sorprendió a los trabajadores en su lugar de descanso y, tras golpearlos ferozmente, les robaron 3.500 pesos y algunos electrodomésticos.
Los detenidos fueron identificados por la policía como Walter César Villanueva, de 23 años, domiciliado en el camino viejo a Soldini; Diego Bernardo Martínez, de 22 y Marcelo Daniel Pérez, de 30, con domicilio en la ciudad de Pérez; Oscar Alfredo Aranda, de 35; Carlos Guillermo Díaz, de 25; y Miguel Horacio Vizgarra, de 23 años, todos de Soldini. Además, el pasado 16 de octubre había sido apresado Marcos Acevedo, de 30 años, también domiciliado en Soldini, y un día más tarde cayó Juan Alberto Martínez, de 19 años, quien había huido hacia la localidad de Villa Guillermina, en el norte provincial.
A los ocho hombres se les imputa el ataque a tres quinteros bolivianos que trabajan en un campo ubicado a unos dos kilómetros al sudeste del casco urbano de Soldini. El establecimiento es propiedad de Ernesto Cruciani, quien tiene en el lugar dos viviendas. En una de ellas vive la familia de Cruciani y en la otra habitan los trabajadores.
El 9 de octubre, poco después de las 21 y cuando Guillermo Pinto, Mauricio Flores y Julián Herrera se aprestaban a cenar y descansar tras haber concluido su jornada laboral, fueron sorprendidos por un grupo conformado por entre cinco y siete asaltantes que cubrían sus rostros con gorras y cuellos tipo polar.
Los maleantes derribaron la puerta de ingreso a la casa de una patada y redujeron a los tres trabajadores a golpes de puño y culatazos hasta maniatarlos con sogas y trapos.
"Queremos la plata que ustedes se llevan de los argentinos" y "ustedes vienen a robarle el trabajo a los argentinos" fueron algunas de las frases de neto corte xenófobo que los delincuentes les gritaron a sus víctimas. Sin embargo, días después del hecho, la cónsul de Bolivia en Rosario, Margarita Aráoz, descartó ante La Capital que se haya tratado de un ataque racista.
"Para mí se trató lisa y llanamente de un robo sin tintes xenófobos", manifestó la diplomática aunque reconoció que los ladrones habían dicho a sus víctimas que "los atacaban por robarles el trabajo a los argentinos".
Con los quinteros reducidos y amenazados, los ladrones se dedicaron a revolver toda la vivienda y en un cajón hallaron 3.500 dólares que la mañana del día del ataque Guillermo Pinto había ido a cambiar a un banco con la intención de girárselo a sus familiares en Bolivia. "Lo había escondido resignado por no poder viajar a su país y con la idea de entregárselos a sus parientes", explicó la cónsul.
Con el dinero en su poder los ladrones emprendieron la huida llevándose también un televisor y un equipo de música que poco después fueron hallados abandonados en la cercanía de la vivienda. "Seguramente llegaron al lugar a pie porque los días anteriores había llovido mucho y los caminos estaban intransitables para cualquier vehículo. Para escapar lo hicieron de la misma forma y al darse cuenta que no podían cargar los electrodomésticos los dejaron tirados", refirió una fuente policial que participó de la investigación del robo.
Precisamente, el vocero dijo que "llevaron adelante el robo ese día porque tenían alguna pista sobre la existencia del dinero y además contaban con que el móvil policial no podría ingresar al campo".
La punta de la investigación la dio uno de los bolivianos asaltados que, en su declaración ante la policía dijo haber reconocido entre los ladrones la voz de un muchacho de 17 años que trabajaba con su padre en la misma chacra. Sin embargo, cuando los policías indagaron al joven imputado, éste les traslado la acusación a su tío, Marcos Acevedo, y a su cuñado, Juan Alberto Martínez, a la postre los primeros detenidos por el caso.
En poder de los arrestados, quienes están a disposición del juzgado de Instrucción número 2, la policía halló dos revólveres calibre 22 con toda su carga de proyectiles además de herramientas y prendas de vestir que habían sido robadas en el ataque por el cual están imputados.



La cónsul de Bolivia descartó que el hecho fuera xenófobo.
Ampliar Foto
Diario La Capital todos los derechos reservados