Año CXXXIV
 Nº 49.283
Rosario,
domingo  28 de
octubre de 2001
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La increíble odisea de una periodista engripada
Estuvo tres días confinada en aislamiento en un hospital y en la TV la daban por infectada con ántrax

Washington. - Una periodista de Washington contó públicamente su odisea de presunta enferma de ántrax en un hospital de Maryland, a las puertas de la capital norteamericana, donde permaneció tres días confinada a causa de una inofensiva gripe. La cronista relató su traumática experiencia, abonada por la ignorancia, confusión, histeria y desinformación, de presunta enferma de ántrax, de la cual hablaron por días los medios de prensa norteamericanos.
Finalmente su identidad salió a la luz y ahora se sabe que la reportera es Patricia Villone García, de 39 años, y de que prácticamente todo lo que se dijo de ella y de su presunto "encuentro" con el ántrax es falso.
Si bien es cierto que Patricia trabaja cada tanto en el Congreso, como cronista de una red de televisora local por cable, no es una acreditada parlamentaria.
Además, la mujer no estaba en el Palacio Hart el 15 de octubre ("nunca estuve en mi vida"), cuando fue abierta la carta del ántrax dirigida al senador Tom Daschle.
La cronista se había dirigido al Capitolio para obtener noticias el día posterior a la apertura de la carta que estaba dirigida a Daschle y visitó algunos edificios pero no el Hart.
El día siguiente la periodista tomó un avión para asistir a una conferencia en Oregon y allí comenzó a sentirse mal.
Congestión, dolor de cabeza, entumecimiento, síntomas típicos de la gripe. "Estaba un poco preocupada, no mucho", contó la mujer.
El domingo Patricia regresó a su casa y el lunes estaba de nuevo en la oficina. Viendo sus condiciones, sus colegas le aconsejaron realizarse el test de ántrax, como muchas otras personas que habían estado en el Congreso o en la oficina postal de Brentwood, epicentro de la epidemia en la capital.
En el primer hospital que visitó fue calificada de "exagerada". "El enésimo norteamericano presa del histerismo por ántrax", dijeron los médicos, y fue enviada de vuelta a su casa.
El martes, sin embargo, sus superiores insistieron en el test y Patricia se dirigió entonces al DC Hospital donde, con miles de carteros, hizo la fila para ser sometida al hisopeado nasal y para recibir la dosis del ya famoso antibiótico Cipro.
A pesar de que lo escribió en la ficha, ningún médico prestó atención a los síntomas de gripe. Cuando finalmente alguno lo advirtió, casi al concluir la tramitación, Patricia fue invitada a someterse a un examen más profundo.
En el Hospital Holy Cross, la mujer fue internada (el hospital lo hace con todos los pacientes expuestos al ántrax que presentan síntomas de gripe).
Por tres días, recordó, "fui tratada como apestada": un mozo se indignó porque no se había hecho "descontaminar", los enfermeros llevaban máscaras y guantes. "Comencé a entender el sufrimiento de los pacientes de sida", comentó Patricia.
Mirando la televisión, Patricia se enteró de su repentina fama: era una periodista "on-line", corresponsal parlamentaria, había estado en el palacio Hart y sobre todo "tenía" ántrax. Todo falso.
Las noticias citaban como fuente a Mike Hall, portavoz del hospital. "Lo escuché decir", se justificó el funcionario.
El jueves Patricia fue dada de alta. Ahora está un poco más recuperada de la gripe pero deberá esperar un tiempo para curarse de lo que generó la desinformación. (Ansa)


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