| | cartas Esperanza argentina
| Quisiera por medio de esta carta contarles mis penas, tan parecidas a las de muchos. Nací en 1963, hijo de inmigrantes españoles. Mis padres me brindaron educación cristiana y trabajaron toda su vida para que nunca me faltara nada. Y fue así. A los dieciocho años (al terminar mis estudios secundarios) decidí por mi cuenta ponerme a trabajar, años más tarde me casé y tuve una hija. Pero ya este 2001, más precisamente en el mes de agosto pasado, me quedé sin trabajo por cuestiones ajenas a mi persona, ya que la empresa quebró. Desde entonces he iniciado una permanente búsqueda laboral, sin resultados favorables. Mi país me brinda un seguro de desempleo, que agradezco enormemente, pero yo tengo que sostener una familia, mantener mi vivienda. No debería tener que vender mis bienes (casa-auto) y por supuesto me gustaría volver a trabajar. Pero tampoco me gustaría ser un paria en mi tierra, no me gustaría irme a otro país. A pesar de mis penas, aún sigo pensando que Argentina vale la pena. José Ignacio Mimenza
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