El sistema inmunitario está entrenado para detectar lo propio y lo extraño. Así es como actúa destruyendo los gérmenes y virus que ingresan al organismo. Sin embargo, en ocasiones, aquello que normalmente nos defiende, se vuelve en contra eliminando las células que son propias. Este complejo mecanismo se altera por diversas causas, entre ellas, la predisposición genética y el denominado "mimetismo molecular". Cuando esto ocurre, se desencadena un universo de enfermedades autoinmunitarias.
En los últimos cinco años y como resultado del desarrollo de la inmunología, los científicos intensificaron la investigación en este campo, y es dable esperar, que a partir de la decodificación del genoma humano, será posible tratar en forma preventiva a las personas con algún condicionamiento genético capaz de desencadenar su aparición.
Producto de estos avances, surgieron las terapias que apuntan a inducir a la tolerancia inmunológica, nuevo concepto terapéutico dirigido a corregir el mecanismo que genera la enfermedad.
"El sistema inmunológico está preparado para reconocer cuál es el antígeno propio de los extraños (reconocimiento antigénico), lo aprende en etapa embrionaria. Este proceso se da en el timo, el órgano que educa a los linfocitos a reconocer los antígenos", explicó a La Capital el doctor Guillermo Báez, inmunólogo clínico de nuestra ciudad.
Algunos linfocitos poseen mayor afinidad con los antígenos propios. Esos son aniquilados y mueren, porque si sobreviven luego del nacimiento, son capaces de adherirse y destruir a las células propias.
"Este proceso se activa por distintos mecanismos, algunos son virales o infecciosos, otros a causa de una lesión traumática (fractura). Estos desencadenan una respuesta inflamatoria que provoca lo que se conoce como mimetismo molecular que libera la interleuquina 2, a partir de la cual aumenta la producción de linfocitos destructores de las células propias", agrega Báez. Para que esto ocurra debe haber una predisposición genética
Este proceso se produce en todas las enfermedades autoinmunitarias. Dependiendo el tipo de célula que ataca, provoca artritis reumatoidea, lupus, esclerosis múltiple, vasculitis, esclerodermia, sindrome de Sjögren y otras.
Inducción a la tolerancia
"El tratamiento que induce a la tolerancia inmunológica apunta a la curación o el manejo total de estas patologías -afirma el inmunólogo rosarino-, a diferencia de las terapias que utilizan antiinflamatorios, corticoides u otra medicación que si bien mejoran el síntoma, producen numerosos efectos secundarios y no resuelven la causa que genera la afección", puntualiza Báez.
Esta terapia se basa en estudios realizados en los Estados Unidos, Canadá, Cuba, Alemania, Rusia e Italia, y más recientemente en España.
El tratamiento por el cual se "reeduca" a los linfocitos para que no agredan las células propias se basa en la incorporación oral y diaria de péptidos (pequeñas cadenas de aminoácidos) según el tipo de enfermedad (colágeno, mielina). Estos ingresan directamente a las placas de Peyer del intestino, que posee un tipo de linfocitos inespecíficos frente a los antígenos. "Con péptidos de colágeno por vía oral logramos que los linfocitos, una vez que pasan por las placas de Peyer, migren a la circulación y comiencen a ser tolerantes a esa proteína. Mientras, los linfocitos que no son tolerantes, mueren entre los 30 y 60 días", explica Báez.
"Con esta terapia conseguimos lo que antes con los corticoides, que era inhibir la respuesta inflamatoria. Por otro lado, los linfocitos que se han vuelto tolerantes, no agreden más. En la artritis reumatoidea, por ejemplo, va a desaparecer la rigidez matinal, el dolor y la tumefacción", dijo.
"Aún es temprano para afirmar que con inmunomoduladores se logra la cura, porque si esa persona nació con una predisposición genética puede volver a repetirse. Lo que sí ocurre es que el paciente mejora su nivel de vida sin necesidad de tomar corticoides, antiinflamatorios u otro tipo de medicación. En otros países, existen datos de pacientes que llevan cinco años sin síntomas. Aquí en Rosario estamos trabajando con esto desde hace dos años, con iguales resultados", apuntó el especialista. "Esto no es magia ni medicina alternativa", aclara el inmunólogo.
El tratamiento con péptidos por vía oral demanda entre 3 y 6 meses y no produce efectos indeseables. "Algunos especialistas en reumatología coinciden con este tipo de terapia y otros no. Sin embargo, en el mundo lo que viene es tratar la enfermedad y no sólo los síntomas", subrayó.
El tratamiento que busca volver tolerante al sistema inmune se está aplicando también con éxito en pacientes con problemas respiratorios, asmáticos, diabéticos y patologías que afectan la glándula tiroides.
Finalmente el doctor Báez aconsejó que primero, antes de iniciar el tratamiento, conviene efectuar un diagnóstico para detectar cuál es la alteración. Al respecto puntualizó que de nada sirven los aminoácidos cuando se toman para el dolor de cabeza, sin conocer fehacientemente cuál es la causa que lo provoca.