Año CXXXIV
 Nº 49.279
Rosario,
miércoles  24 de
octubre de 2001
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La crisis económica golpea más que nunca a Central Córdoba
Por falta de pago, en Pérez le cierran la puerta y hay futbolistas con carencias

La situación en Central Córdoba se agrava día a día. No sólo porque no se consiguen resultados deportivos sino porque evidentemente estos van ligados a la caótica crisis económica que padece, al punto que ayer casi no dejan practicar al plantel en el sindicato de camioneros de Pérez por falta de pago. Además, algunos jugadores que están a préstamo también están padeciendo el mal momento, con problemas hasta para la compra de alimentos o para continuar alojados en sus departamentos.
Este último caso es el de su principal figura, Fabián Cancelarich, a quien ya habrían amenazado con desalojarlo, mientras que a Claudio Emmert y Cristián Giacomini ya les dijeron que no había más fiado en el lugar donde comen, que es el hotel donde concentra el equipo, ya que hay una importante deuda acumulada.
La bronca del plantel y cuerpo técnico por esta situación tuvo otra vuelta más de tuerca ayer, cuando al ingresar al predio de los camioneros en Pérez se encontraron con que no querían dejarlos pasar por una deuda de dos meses, de sólo 500 pesos. Finalmente los dejaron entrenar pero no será por mucho tiempo.
Lo de ayer fue la gota que rebasó el vaso, ya que en los últimos días se sumaron muchos disgustos. El plantel no entrenó el último jueves por falta de pago de agosto y en estos días volvería a la huelga si es que no se efectiviza el mes de septiembre.
Pero hay más. En Mendoza también hubo padecimientos. Una muestra de ello es que la plata para pagar los gastos menores de la concentración no alcanzaron y debieron salir de los bolsillos de la delegación, lo mismo que el dinero para pagar la multa de la inhabilitación de Ricardo Palma (el valor de 14 entradas generales, unos 140 pesos), ya que fue suspendido por una fecha por haber sido expulsado en Salta.
También existirían problemas en la atención médica de los jugadores lesionados, por cuanto tampoco el club estaría pagando los tratamientos ni las operaciones que hagan falta.
En el último partido en el Gabino Sosa aparecieron unos volantes pidiendo la renuncia del presidente Eduardo Bulfoni, quien ayer tenía el celular apagado. El descenso acecha, la plata no aparece y el viaje conduce irremediablemente a la B. En Tablada se encendió la luz roja.



Emmert sería uno de los que padece los problemas charrúas.
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