Dos sospechosos de integrar una banda que vaciaba cajas de seguridad en bancos de distintas localidades del país, entre ellas Rosario, fueron procesados por un juez local por saquear un cofre del banco del Suquía que contenía joyas y dinero en efectivo. De los cuatro robos a cajas metálicas que ocurrieron en la ciudad, este es el primero que se encamina a ser esclarecido, ya que los restantes siguen siendo un enigma para los investigadores. En este caso, un factor resultó clave para incriminar a los acusados: la existencia de cámaras filmadoras en el recinto, que los registraron cuando operaban con los cofres.
Los imputados son Jorge José Sleiman y Horacio Francisco Rossi, un ex integrante del Movimiento Nacionalista Tacuara (ver aparte). Ambos fueron detenidos en la provincia de Buenos Aires junto a un heterogéneo grupo de personas integrado por un cerrajero, dos feligreses umbandas y otros seis detenidos. Todos ellos estaban acusados de integrar una banda especializada en saquear cajas de seguridad en Buenos Aires, Rosario, Mendoza y Uruguay.
El juez porteño Roberto Grispo llegó a ellos luego de una investigación de un año y medio que incluyó filmaciones y escuchas telefónicas. Tras la detención de los sospechosos comenzaron a analizarse sus conexiones con los casos del interior del país. Así, Sleiman y Rossi fueron trasladados a Rosario por su presunta vinculación con los episodios locales de saqueos a cofres de seguridad.
La pista que condujo a ellos fue una cinta de video de las cámaras del Suquía. Según una fuente de la causa, las imágenes registraron con nitidez los rostros de los imputados cuando ingresaban al box de los cofres, y esto se convirtió en una prueba clave para que el juez de Instrucción Juan José Pazos los procesara por hurto calificado. Ahora permanecen detenidos en la cárcel de Ezeiza.
El robo que investiga Pazos ocurrió en junio de 2000 en perjuicio de un abogado civilista que empleaba una caja en la sucursal de Santa Fe 1277 del Banco del Suquía. El letrado, de 39 años, descubrió el robo el 13 de julio cuando fue a retirar sus bienes y advirtió que su compartimento estaba vacío.
Tarea compleja
Si bien en este caso la filmación permitió identificar a los posibles autores, los saqueos a cajas de seguridad suelen resultar una tarea compleja para los investigadores. Las cerraduras nunca fueron violentadas y, además, algunos bancos no avalan la existencia de los robos amparándose en que el carácter confidencial del servicio. Como el contenido de las cajas es secreto, a las víctimas les resulta muy complicado acreditar el valor los bienes robados.
De todas formas, se supone que los ladrones contratan cajas de seguridad con documentos falsos y luego emplean una máquina capaz de obtener un molde de las cerraduras en los cofres cercanos a los suyos.
Debido a esta dificultad para individualizar a los autores y establecer su modus operandi, tres hechos que se registraron en el Lloyds Bank de Rioja y Mitre aún no fueron esclarecidos. La entidad no contaba con un sistema de filmación cuando vaciaron las cajas de María Dolores Aznar, María Moreno y Teresa Bertolotto; quienes perdieron más de 100 mil pesos al desaparecer sus bienes.
Con la asistencia su abogado, Elpidio Juan Mauri, Bertolotto viajó personalmente a Buenos Aires para inspeccionar las joyas secuestradas por los investigadores porteños, pero no encontró allí sus costosas alhajas.
En estas causas, investigadas por el juez Carlos Triglia, hasta el momento no hay imputados. Lo que llama la atención de los investigadores es la similitud entre estos episodios y otros que ocurrieron en las sucursales Florida, Alto Palermo, Flores, Once, Tucumán y Cabildo del Lloyds Bank: ninguna de las salas contaba con cámaras de video, las cajas no fueron violentadas, la firma que las instaló es la misma (Bash SA) y quebró hace tiempo y los damnificados tenían sus cofres en un radio cercano.