El obispo emérito de Viedma, monseñor Miguel Hesayne, advirtió ayer que "el pueblo transita un camino difícil, áspero y de una gran hambruna", y reclamó un "inmediato" cambio del sistema económico imperante en el país. "Es increíble que lo que fue el granero del mundo, haya sido devastado por la política sistemática del neoliberalismo a ultranza", se quejó.
El prelado patagónico instó a "dejar de lado la ideología neoliberal que implanta la dictadura económica, la idolatría del mercado y el imperialismo del dinero". También consideró indispensable "revertir el binomio «el hombre lobo para el hombre» por el de «hombre fraterno y solidario con el otro hombre»". Si bien prefirió hablar de "sistema" y no de "modelo" económico, exigió un "inmediato cambio de rumbo frente a la pobreza con rostro humano, la desocupación creciente y la enorme brecha entre los que más tienen y los que no tienen nada de nada".
El obispo rionegrino indicó que para hacerlo es necesario que "toda la dirigencia se comprometa con una catequesis de los valores evangélicos, fundamental para iluminar la actividad política". Y aclaró, sin embargo, que esto "nada tiene que ver con clericalizar esta actividad esencial".
Caín, Cavallo y De la Rúa
"La Argentina -especificó- necesita cristianos que se jueguen por los más pobres y desheredados en una sociedad que bajo planes económicos programados para los que más tienen, siembran la marginación y la exclusión". Consultado sobre su análisis de los resultados electorales del domingo pasado, monseñor Hesayne lamentó que "la denuncia de la ineficacia de la dirigencia política se haya manifestado por el voto negativo".
"Para no ser objeto de un nuevo fraude electoral con promesas de justicia social, educación y salud, no sólo incumplidas sino agravadas por el empobrecimiento de vastos sectores por falta de equidad en frecuentes ajustes económicos, es necesario que la Iglesia se comprometa en una catequesis política", subrayó.
También indicó que "no hay ninguna diferencia entre el garrote de Caín y la pluma de quien firma un decreto de ajustes no equitativos y recortes de salario y jubilación a indigentes" (en referencia al ajuste propuesto por Domingo Cavallo y firmado por Fernando de la Rúa).
Asimismo, convocó al pueblo a exigir "que la deuda externa la paguen los empresarios, funcionarios del Estado y otros dirigentes que han aprovechado los préstamos que se vienen otorgando desde 1976 hasta nuestros días" y sentenció que "no se puede ser cristiano y neoliberal". (DyN)