Año CXXXIV
 Nº 49.276
Rosario,
lunes  22 de
octubre de 2001
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Pito cruel
El árbitro le metió la mano en el bolsillo a Central Córdoba

Gustavo Conti

Demasiados problemas padece Central Córdoba como para no sentir cuando encima le meten la mano en el bolsillo. Un plantel y cuerpo técnico armados de apuro en vísperas de un torneo donde estaba en juego nada menos que el descenso, pocos jugadores de probada jerarquía para tamaño desafío, problemas en el cobro. En fin, demasiados escollos como para además tener que sortear el del árbitro, gran responsable de que el charrúa no se haya traído nada de Mendoza.
Boxler tuvo el privilegio de ser uno de los jueces más insultados al entrar a una cancha. Los chacareros le reprocharon su incidencia en el partido que perdieron el invicto con Platense y rápidamente mostró que sería permeable a esa presión, cuando a los 30 segundos Villalba se cayó solo en la medialuna tras pisar la pelota y cobró falta. Fue el indicio de lo que vendría después.
Y a los 23' le puso el moño a su tarde, desequilibrando un partido que estaba para el contraataque charrúa: taco de Benítez ante Emmert dentro del área y Celebroni cerró de zurda, despejando fuerte hacia un lateral. El balón le pegó accidentalmente en el brazo a Aranzadi, que venía de frente, y Boxler marcó el penal que abrió el camino al triunfo mendocino.
En esa jugada, Celebroni recibió la primera amarilla y a los 37' el árbitro le mostró insólitamente la segunda después de que fuera a disputar la pelota con Córdoba, quien voló espectacularmente, convenciendo al impresionable Boxler.
Tampoco sorprendió entonces que a los 30 segundos del complemento, él y su asistente no vieran off side en el segundo gol de Villalba. El juez trocó así los insultos por aplausos e hizo pasar a segundo plano todo lo demás, como el excelente planteo que le hizo Córdoba al puntero, maniatando a sus creativos Villalba y San Martín, y aislando a Bermegui y Chiquito Benítez.
También quedó relegada en importancia la vergüenza charrúa, el buen desempeño del pibe Valiente y los terribles defectos a la hora de definir, otro gran karma que ayer imposibilitó un mejor resultado. Santos, el Tele Medina y tres veces Pavoni tuvieron el gol, pero no supieron resolverlo. Así es muy difícil revertir la suerte.
Esta vez fue el juez, pero lo cierto es que no es la única causa de los padecimientos en Tablada, quizás sea mejor, aunque suene a resignación, sacarse de encima la terrible presión del promedio y empezar a pensar un proyecto a futuro para que Córdoba vuelva a ser protagonista en la principal categoría del ascenso. Esta que hoy por hoy parece imposible de mantener.


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