México. - Dos bancos de gérmenes entre la niebla y las multitudes de la ciudad más grande del hemisferio occidental guardan decenas de cápsulas de Petri llenas de ántrax, los gérmenes que han generado un pánico mundial. Pero no hay centinelas armados, cámaras de seguridad ni funcionarios de salud embutidos en trajes espaciales a prueba de gérmenes. Estos laboratorios de la capital mexicana venden, trocan o incluso regalan el mortífero microbio a quien exhiba una credencial de científico. Los científicos estiman que bancos de gérmenes de Bangkok a Buenos Aires, de París a Perth, conservan decenas de cepas de Bacillus anthracis, y millones de bacterias potencialmente mortíferas para fines de investigación. Los precios varían de un país a otro. En visitas a centros se pudo verificar que las esporas suelen ser enviadas en envases de plástico duro a investigadores y hospitales. Cuando la guerra del Golfo Pérsico generó el temor de que armas biológicas echarían gases contaminados con gérmenes en los desiertos de Irak donde se encontraban los soldados norteamericanos, EEUU empezó a limitar los envíos de microorganismos peligrosos de sus bancos de gérmenes. Desde 1997, es ilegal que los laboratorios envíen microbios mortíferos a destinos dentro o fuera de EEUU sin autorización del Departamento de Justicia. (AP)
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