Tras la durísima derrota que sufrió en las elecciones del domigno pasado, el gobierno trata de maniobrar en un terreno escabroso para salir de la crisis que vive la economía. Como era de esperar, la discusión con los gobernadores pasó a primer plano. Arreglar las cuentas con las provincias y con los nuevos referentes del mapa político pasó a ser condición necesaria para cualquier medida que apunte a generar un consenso en pos de la reactivación. No será fácil, por la debilidad política en la que se encuentra el gobierno y por la propia dinámica de la disputa entre los ganadores de la oposición. Los votos en blanco y nulos no fueron invitados a la mesa de discusión.
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