En el transcurso de la semana los mercados habían comenzado a mostrar un comportamiento positivo que se fue diluyendo con el correr del tiempo. Mientras que entre lunes y miércoles se habían despertado expectativas muy positivas, entre jueves y buena parte del viernes se impuso una toma de ganancias, que pone en duda los anuncios sobre nuevas medidas económicas que realizará el gobierno.
Después de las elecciones no hay ideas originales, lo único seguro es el canje de deuda para los tenedores locales. Pero no queda aún claro cómo lo realizarán.
Inmovilizar la tenencia de bonos en los bancos transformándolos en préstamos a una tasa inferior, es quitarle a las entidades un muy buen negocio y afectar las utilidades futuras, llevando a que éstas replanteen su forma de hacer negocios.
Esto puede ser muy positivo si luego del canje crecen los depósitos, en cambio si caen, esto potenciará la baja de los préstamos, suba de tasas y mayor recesión.
Por otro lado, las calificadoras internacionales podrían descender aún más la nota de la Argentina ya que a los residentes locales (limitado sólo a bancos y AFJP) le estarían cambiando las reglas de juego, independientemente de si aceptan en forma voluntaria.
Una nueva baja en la calificación de los títulos argentinos no debe observarse como dramática, ya que a esta altura de los acontecimientos el país no recibe crédito del mercado, y sólo accede a fondos provenientes de organismos financieros internacionales, por ende, la baja en la calificación no afecta.
Las bondades del canje
En cambio, el canje podría ser una posibilidad para bajar la tasa de interés, con lo cual hay más para ganar que para perder, teniendo presente que, una vez más equivocan el objetivo, ya que ha quedado demostrado que las operaciones financieras están lejos de generar confianza.
Otra de las medidas a anunciar es que se terminaría con la convertibilidad ampliada y se pasaría a la dolarización plena de la economía. Sin embargo, no es adecuado dolarizar ya que con esto tampoco se compra confianza. Por otra parte, la dolarización dejaría más expuesto al sistema financiero.
Si se dolariza la economía se deben canjear los dólares en las reservas por la circulación monetaria. En reservas el país tiene cerca de 20.000 millones de dólares, y aproximadamente 11.000 millones de circulación monetaria, por ende quedarían en reservas cerca de 9.000 millones de dólares, cifra muy baja, y que haría muy vulnerable al sistema financiero y al país, ya que si la gente decide sacar fondos de los bancos, o se tiene déficit rápidamente el país podría quedar sin reservas, lo cual lo llevaría a la cesación de pagos.
En cambio si se hace el canje de deuda, se dolariza, se aprueba un préstamos de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) y se reciben inversiones productivas que alienten el empleo, es otra cosa.
Si Argentina recibe apoyo financiero pero fundamentalmente llegan al país nuevas inversiones que permitan comenzar a crecer, las medidas a tomarse podrían ser muy positivas, pero hay que dejar en claro que la dolarización per se no soluciona nada.
Si se hace todo esto y al país le va bien, habrá que trabajar muy duro en la reducción de impuestos para igualar la competitividad argentina a la de Estados Unidos.
Si se dolariza, el objetivo deberá ser mejorar la competitividad doméstica, y trabajar en líneas de acción común con Estados Unidos. Para eso, se debería trabajar fuertemente en mejorar la competitividad, ya sea desde el lado fiscal, como del tecnológico. Por ende dolarizar debería implicar un acuerdo comercial entre Estados Unidos y Argentina, sin este acuerdo no sería conveniente tomar una medida de este tipo.
A modo de conclusión, la dolarización implica un trabajo muy duro de la Cancillería, más que del ministro de Economía, que deberá tener en cuenta acuerdos comerciales, financieros y de inversión muy fuertes para lograr la salida de Argentina en forma definitiva.
Sin un plan de este tipo, se vuelve a más de lo mismo, parches que sólo postergan definiciones más profundas.
La nota positiva de la semana es que a pesar de todos los condicionantes relatados, los activos financieros argentinos muestran precios más altos que hace 10 días atrás, cayó el riesgo país, subieron las reservas y descendió la tasa pasiva para colocaciones a plazo fijo.
Tal vez los acuerdos a los que se están arribando con las provincias, una ayuda que podría venir del exterior, y el trabajo mancomunado con Brasil para conseguir fondos frescos, podrían ser una salida para el país.
Una vez más se está a la espera del as en la manga de Domingo Cavallo, ¿lo tendrá? Lo sabremos en el próximo capítulo.