Mauricio Maronna
"Al Lole le llegó la hora de salir a la cancha", dijo ayer a La Capital un legislador electo, quizás sin advertir que los movimientos realizados por Carlos Reutemann en las últimas horas indican que ya salió al ruedo.
Rompiendo el estilo errático que tanto desconcierta al periodismo porteño, Reutemann decidió hacer acto de presencia el jueves en el consejo nacional justicialista y alinearse con los gobernadores de las provincias chicas que reclamaron el fin de los ajustes y le mostraron los dientes al Ejecutivo nacional. Se trató del mismo encuentro al que no concurrieron Carlos Ruckauf y José Manuel de la Sota, competidores del santafesino en la carrera por el 2003.
Más allá de presencias y ausencias, hay un dato que abona la creciente influencia que el Lole viene ejerciendo entre sus pares: el crítico documento elaborado en sede peronista tuvo la pluma del santafesino Oscar Lamberto, futura espada reutemista en el Senado nacional.
El titular de la Casa Gris está convencido de que Domingo Cavallo juega sus fichas (y algunos recursos) privilegiando a De la Sota y Ruckauf y, en base a ese razonamiento, decidió cerrar filas con los otros gobernadores. "El próximo presidente de la Nación saldrá del CFI. Y si De la Sota y Ruckauf quieren ponerse la banda en el 2003 tendrán que decidir de qué lado del escenario se ponen", razonó uno de los participantes de la reunión en el consejo nacional.
Con silencio mediático, Reutemann teje su estrategia en dos frentes: el político y el económico. Para revalidar sus títulos y despejar las dudas que han repiqueteado desde la Capital Federal sobre su futuro presidencialista tras el aluvión de voto bronca en Santa Fe, ya estaría decidido a ponerse al frente de la reforma política en la provincia, que se iniciará con la elección de convencionales constituyentes y desembocará en una profunda modificación constitucional que, según allegados al Lole, "tendrá características inéditas" respecto a los nuevos artículos sobre costo y transparencia de las instituciones.
"Va a querer transformarse en la cabeza visible de la campaña del PJ para la elección de convencionales. Esa será una buena forma de alambrar al peronismo santafesino e impedir que Duhalde, Ruckauf y De la Sota nos chupen a algunos dirigentes", dijo ayer a La Capital un referente del riñón reutemista, quien está al tanto de que el concejal electo Alberto Joaquín fichó para el duhaldismo. "El Cabezón viene por más", pronosticó el informante.
En paralelo con el plano político-partidario, Reutemann mantiene periódicas reuniones con sectores del establishment nacional. En la mente de algunos empresarios, que se sorprenden por la carencia de operadores políticos y aparato partidario, aparece una idea novedosa pero de altísimo riesgo: que ante una eventual fractura en el peronismo que margine a los referentes de las provincias chicas, Reutemann compita en el 2003 por afuera de la estructura partidaria.
Cuando La Capital consultó ayer a dos dirigentes con llegada directa al gobernador, las reacciones fueron distintas: "No puedo comentar nada", dijo, enigmático, uno de ellos. "Es la primera vez que lo escucho, pero no me parece viable. Reutemann tiene que dar batalla en la interna, está en condiciones de ganarle a cualquier otro precandidato del PJ, pero se debe apurar", razonó la otra fuente consultada.
Fiel a su estilo, el jefe del PJ santafesino no se despega de su fiel muletilla mediática: "Para el 2003 falta una eternidad". Sin embargo, sabe desde lo íntimo que el gobierno nacional sigue caminando por la cornisa y que el almanaque político corre a alta velocidad.
¿No será hora de ir sacando la máquina de boxes?
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La Ciudad
